El Tribunal Electoral de Bolivia retrasa las elecciones generales del 6 de septiembre al 18 de octubre
El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia, Salvador Romero, ha anunciado este jueves que las elecciones generales previstas para el 6 de septiembre finalmente se celebrarán el 18 de octubre, debido a la pandemia de coronavirus.
“Esta elección requiere las mayores medidas de seguridad sanitaria posibles para proteger la salud de los bolivianos”, ha dicho Romero en una rueda de prensa, según informa el diario boliviano ‘El Deber’.
Estos comicios estaban programados inicialmente para el 3 de mayo pero fueron postergados por la crisis sanitaria. El MAS del ex presidente Evo Morales y el nuevo oficialismo del Gobierno interino de Jeanine Áñez no lograron ponerse de acuerdo sobre la nueva fecha, que finalmente dictó el Congreso, controlado por el ‘masismo’.
Tanto Áñez como otros partidos contrarios al MAS habían reclamado insistentemente al TSE que retrasara la cita con las urnas debido al continuo aumento de los contagios de coronavirus en Bolivia, que se espera que alcancen su “pico” en los próximos meses. El país tiene actualmente 64.135 casos confirmados, incluidas 2.328 muertes.
“Es recomendable realizar la elección en la fase descendente de la pandemia para minimizar riesgos”, ha argumentado Romero, justificando así su decisión de cambiar el 6 de septiembre por el 18 de octubre para la primera vuelta y el 18 de octubre por el 29 de noviembre para la segunda, en caso de ser necesaria.
En este sentido, el organismo ha sostenido en un comunicado publicado en su página web que “la fecha definitiva de la elección general mayores condiciones para la protección de la salud, facilidades de votación en el exterior, llegada de misiones de observación internacional, además de favorecer el despliegue logístico de todas las operaciones en el territorio por parte de los tribunales departamentales”.
“Son ganancias que repercuten en beneficio de la legitimidad del proceso electoral sin que se presenten inconvenientes de consideración”, ha defendido, antes de pedir “a la ciudadanía, los poderes del Estado, las fuerzas políticas y candidaturas, las organizaciones de la sociedad civil y los medios de comunicación” que “acompañen la decisión del TSE, demostrando así su respeto a las instituciones”.
El organismo ha resaltado que “cuando el país ingresó en cuarentena por el coronavirus, el TSE buscó de inmediato una ruta concertada con todos los actores políticos para fijar la nueva fecha de la elección”, lo que ha descrito como “un paso correcto”.
Asimismo, ha apuntado que el hecho de que el organismo “haya sido y sea hasta ahora el único espacio donde las fuerzas políticas dialogan (…) y, sobre todo, hallan acuerdos, puede representar un motivo de satisfacción, pero también constituye un indicador inquietante sobre los escasos ámbitos de diálogo en la democracia”.
PIDE “SERENIDAD” ANTE “GRAVES DILEMAS”
Por ello, ha hecho hincapié en que “hoy, más que nunca, Bolivia requiere serenidad”, dado que existen “graves dilemas”. “Si entre todos sabemos resolverlos, habremos colocado fundamentos sólidos para la convivencia democrática y pacífica”, ha argüido.
“No debemos olvidar de dónde venimos. Hace unos meses, se anuló la elección general, un hecho de extrema gravedad, en medio de una crisis política y social de alta tensión y polarización”, ha recordado, antes de puntualizar que “los factores de conflicto no han desaparecido”.
“Sólo existe un medio para canalizarlos y procesarlos de manera pacífica y en un marco institucional: una elección técnicamente sólida, políticamente imparcial, con resultados transparentes, que sea el fruto de la competencia del conjunto de los actores políticos, con una elevada participación, abierta a la mirada de la ciudadanía y de la comunidad internacional”, ha argumentado.
De esta forma, ha manifestado que “sin un horizonte electoral claro, la resolución de los conflictos y los antagonismos pasará de las instituciones, el Derecho, la posibilidad del entendimiento, a ámbitos donde únicamente prevalece la brutal ley del más fuerte”, al tiempo que ha expresado que “la protección de la salud y el ejercicio de los derechos políticos son compatibles”.
“No podemos ni ir a las elecciones sin resguardos suficientes ni tampoco pretextar el gravísimo drama, dolor y luto de la pandemia para anular o postergar indefinidamente las elecciones. Lo que corresponde es organizar y celebrar las elecciones con medidas sólidas de protección de salud”, ha recalcado.
El TSE ha explicado así que “hay que respetar el mandato constitucional que fijó los parámetros de esta excepcional transición política y constitucional que vive Bolivia, que señala que las nuevas autoridades de los poderes Ejecutivo y Legislativo deben asumir sus cargos en 2020”.
“Se trata, además, de una exigencia democrática básica: los estados necesitan contar con autoridades legítimas, con un mandato ciudadano que sólo emerge de las urnas”, ha remachado el organismo en su comunicado.
ÁÑEX DICE QUE “SE CUMPLIRÁ LA FECHA” ELEGIDA
Áñez ha destacado poco después del anuncio del TSE que se respetará la fecha que sea fijada por el organismo. “Cumpliremos la fecha que el TSE de Bolivia y la Asamblea fijen para las elecciones”, ha señalado a través de su cuetnae en la red social Twitter.
“Cualquiera sea esa fecha, el Gobierno llama a impulsar entre todos la reactivación económica, la lucha contra el virus y la consolidación de la democracia”, ha manifestado.
Por su parte, el expresidente boliviano ha criticado que “el gobierno ‘de facto’ quiere ganar más tiempo para continuar con la persecución contra dirigentes sociales y contra candidatos del MAS-IPSP”. “Esa es otra forma de proscripción. Por eso no quiere elecciones el 6 de septiembre”, ha añadido.
Asimismo, ha defendido que “las leyes 1297 y 1304 determinan los plazos para que las elecciones se realicen” y ha manifestado que “el único órgano del Estado que puede modificar ese plazo es la Asamblea Legislativa Plurinacional”. “Cualquier decisión unilateral es ilegal e inconstitucional”, ha zanjado.
Horas antes, Morales había advertido a través de Twitter de que “una postergación en la fecha de las elecciones solo perjudicará al pueblo por la ingobernabilidad que se observa, la pandemia sin ningún control y la crisis económica”.
Con esta votación, Bolivia aspira a superar la crisis desatada con las elecciones presidenciales del 20 de octubre. La Organización de Estados Americanos (OEA) confirmó “irregularidades” en el proceso electoral, propiciando la dimisión Morales, ahora asilado en Argentina. Más de 30 personas murieron por los disturbios en las calles.