El huracán Beryl castiga al Caribe y bate récords
Por: Corresponsal de IPS
SANTO DOMINGO – El huracán Beryl, la tormenta de máxima categoría (5) que se ha formado más rápidamente en el Atlántico, avanzaba amenazando este martes 2 a Jamaica, República Dominicana y Haití luego, de causar estragos en el Caribe sudoriental.
Se informó que tres personas murieron en las islas de Granada y Carriacou, otra en San Vicente, y las lluvias desbordaron al río Neverí, en el noreste de Venezuela, causando al menos dos muertos y decenas de familias damnificadas en siete sectores de Cumanacoa, una ciudad de poco más de 50 000 habitantes.
En Carriacou “no hay electricidad y hay casas y edificios destruidos. Las carreteras no son transitables y en muchos casos están cortadas debido a la gran cantidad de escombros esparcidos”, dijo el primer ministro granadino Dickon Mitchell.
El primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, dijo que numerosas viviendas en las pequeñas islas Myreau, Canoua y Union Island quedaron destruidas.
El estadounidense Centro Nacional de Huracanes, que opera desde Miami, en el sureste de ese país, advirtió peligros para Jamaica, Islas Caimán y el lado sur de La Española, isla que comparten Haití y la República Dominicana, aun cuando Beryl pierda fuerza y avance como huracán categoría 4.
El director del Centro de Huracanes, Michael Brennan, dijo que “estamos muy preocupados por Jamaica, donde esperamos que el núcleo del huracán pase cerca o sobre la isla. Estén preparados para permanecer en lugares seguros”.
“Animo a todos los jamaicanos a que consideren el huracán como una amenaza seria. Sin embargo, no es momento de entrar en pánico”, dijo el primer ministro jamaiquino en un discurso la noche del lunes 1, en el que anunció preparativos para evacuar a residentes de algunas áreas propensas a inundaciones.
El martes 2 la tormenta se encontraba a unos 375 kilómetros al sureste de la Republica Dominicana, con vientos de hasta 260 kilómetros por hora, y avanzaba en dirección oeste-noroeste a 35 kilómetros por hora, apuntando hacia el lado norte de la mexicana península de Yucatán.
Beryl es el huracán más al este formado en el Atlántico tropical en junio, y se fortaleció desde depresión tropical a un gran huracán en solo 42 horas, con una rapidez nunca vista antes de un mes de septiembre.
Está en línea con la tendencia reciente hacia una intensificación muy rápida, como fue el caso de Otis, que se convirtió en huracán de categoría 5 durante una noche y azotó el balneario mexicano de Acapulco en octubre pasado.
Una de las razones por las que el huracán Beryl se intensificó hasta convertirse en un huracán de categoría 5, más de dos semanas antes que cualquier otro huracán del Atlántico registrado, se debe a los niveles extremadamente altos de contenido térmico del océano, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
La estadounidense Administración Nacional Oceánica y Atmosférica predijo que la temporada de huracanes de 2024 sería muy superior a la media, con entre 17 y 25 tormentas con nombre –Beryl es la segunda, después de Alberto que ya azotó México- y al menos cuatro huracanes importantes.
“Basta con que un huracán toque tierra para hacer retroceder años de desarrollo socioeconómico. Por ejemplo, María en 2017 le costó a Dominica 800 % de su producto interno bruto”, observó Ko Barrett, secretaria general adjunta de la OMM.
Barrett expuso que “los pequeños Estados insulares en desarrollo del Caribe siguen sufriendo desproporcionadamente”, aunque destacó que “las alertas tempranas de la comunidad de la OMM y la mejora de la gestión del riesgo de desastres han reducido drásticamente las muertes”.
Advirtió que “debemos estar especialmente atentos este año debido al calor oceánico casi récord en la región donde se forman los huracanes del Atlántico, y el cambio a las condiciones de La Niña (vientos fríos sobre el Pacífico ecuatorial), que juntos crean las condiciones para una mayor formación de tormentas”.
La temporada de huracanes en el Atlántico dura del 1 de junio al 30 de noviembre y es seguida de cerca por el Programa de Ciclones Tropicales de la OMM. Ya van ocho años consecutivos de actividad superior a la media. La última temporada por debajo de lo normal fue en 2015.
A-E/HM