Ciudad PensanteOpinón

Duque nos quiere bailar el indio

“Astutamente” nuestro presidente quiere embolatarnos el diálogo que se está pidiendo. Es necesario reafirmar que no sólo estamos pidiendo diálogo sino un cambio con acciones claras y contundente.

Nos dijo que como parte del diálogo se reuniría con los alcaldes y gobernadores electos, para comenzar el este proceso de “escuchar” las inquietudes. La realidad es que esa reunión no fue un inicio de diálogos ni fue un comienzo de la concertación, era una reunión, programada con anterioridad, que siempre se hace cuando hay cambios de gobierno.

Ahora el señor Duque muestra una “agenda”, porque no la propone, la organiza e impone. Esa “agenda” quiere trabajar unos ejes temáticos que NO SON los motivos y las inconformidades por las cuales estamos en las calles.

Los ejes que nuestro presidente quiere discutir son los ejes del Plan de Desarrollo Nacional. La gente, los que marchamos no estamos inconformes por los ejes temáticos del Plan de Desarrollo. Todos estamos en las calles porque no queremos ni vamos a permitir lo siguiente:

  • Una reforma pensional en la que vamos a terminar peor que los chilenos. Mi generación perderá la posibilidad de una jubilación. Los que alcanzarían a pensionarse tendrían jubilaciones miseras con las que no podrían vivir dignamente. Sería en promedio del 20% del ingreso base de liquidación.

– Una reforma laboral que reduciría la calidad del empleo, disminuiría nuestros derechos laborales, nos llevaría a salarios y condiciones de miseria.

– Una reforma tributaria regresiva, que le reduciría los impuestos a los que más pueden y deben pagar, con la excusa que “eso generaría más empleo”. Colocando a pagar impuestos absurdos a la clase media y baja, que de por si los salarios no alcanzan para vivir. Afectando el consumo, que afecta la demanda y que al final lesionaría gravemente nuestra economía.

– Acciones en contra del medio ambiente. Vendiendo nuestros páramos que son SAGRADOS. Destruyendo nuestro territorio con el fracking. Permitiendo con sus nuevas políticas ambientales que se dé en Colombia una desforestación depredadora. Un ataque, casi que masacre a especies como los tiburones. Hay que hacer énfasis que Duque en campaña prometió y afirmó que nada de eso ocurriría en su gobierno. Hoy con la cara pelada y sin vergüenza alguna lo está haciendo.

  • Ya prácticamente tiene carta blanca para vender Colpensiones, Findeter, Fiduprevisora, entre otras. Firmó el decreto 2111 que permitirá eso.

Estos y otros más son los temas que TIENEN que entrar en discusión, pero sobre todo en acciones de cambio. Lo cual no está sucediendo. El ministro Carrasquilla dice, con toda frescura, que estas reformas hay que hacerlas y que la protesta no puede ni las va a detener ¿Entonces como quieren que el paro termine? Si precisamente estamos en la calle por estas reformas.

No se puede olvidar que antes del paro, Duque, Uribe y todo su séquito dieron declaraciones en las que negaban que estas reformas existirán o que había sido presentadas, argumentos que desaparecieron y fueron callados porque en redes sociales pusieron en evidencia la presentación de estos proyectos ante el senado.

A esto hay que sumarle que estamos cansados de la corrupción y se necesitan acciones que ataquen este flagelo. No se nos puede olvidar que el partido del presidente se opuso al plebiscito y no han presentado proyectos contundentes para empezar a acabar con la corrupción.

La situación de la educación colombiana es crítica, la desigualdad innegable, por ejemplo, los cupos en las universidades públicas no alcanzan para la cantidad de jóvenes que salen graduados de bachillerato. Unos de los motivos por los que marchaba Dilan Cruz, hoy asesinado por el ESMAD.

Duque no ha planteado NADA al respecto, se sale por la tangente, intenta confundir a Colombia, hablando de los desmanes de los vándalos, reduciendo la discusión a esos acontecimientos, negando las razones por las cuales estamos con cacerola en mano en las calles.

Dice, cínicamente, que las “conversaciones” estarán hasta marzo. El presidente está esperando que la espuma de la Pony Malta baje, que el tiempo le quite el impulso a la protesta, que nos cansemos, que ocurra algo que nos distraiga.

Y calladitos nos meterán hasta el fondo las reformas y cuando nos demos cuenta ya no habrá nada que hacer.

También de manera irrespetuosa él mismo y sus interlocutores deslegitiman las protestas diciendo que al presidente lo eligieron 10 millones de personas y que los que están en las marchas son 4 gatos, unos miles, nada importante.

Se les olvida que si bien lo eligieron 10 millones de colombianos, casi la otra mitad, aproximadamente unos 9 millones no votaron por él. Y somos los que tenemos las cacerolas en mano, más aquellos que despertaron, por eso tiene la aceptación más baja y cada día sigue cayendo.

Pero sobre todo a Duque se le olvida que es el presidente de TODOS LOS COLOMBIANOS, no de los 10 millones que lo eligieron. Duque ESTÁ EN LA OBLIGACIÓN de escucharnos a todos.

El presidente con su discurso débil, desenfocado y falso quiere bailarnos el indio, un baile chimbo del indio, presentar sus reformas, convirtiendo a los colombianos en más pobres cada día y logrando mayor desigualdad.

Colombia tiene crecimiento económico, pero no desarrollo económico. No crea que quienes marchamos somos ignorantes, vagos o que quieren todo regalado, no nos ofenda ni nos subestime. Respete a su pueblo, es lo mínimo que su partido, el innombrable (nuestro Voldemort siniestro) y usted pueden hacer.

El paro no se puede detener, la marcha tiene que continuar, con mayor contundencia, no con violencia, sino contundencia. Tenemos que parar TODOS, profesores, pensionados, estudiantes, trabajadores, agricultores, transportadores, comunidades indígenas, ambientalistas… TODOS. Que el gobierno sienta esa inconformidad en su máxima expresión.

Por Dilan, por nuestros derechos, por nuestro futuro ya no podemos usar cacerolas sino ollas de sancocho que suenen bien duro.

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