Duque dispuesto a modificar parte de su reforma tributaria, mientras se militariza Cali
“Estoy dispuesto a retirar la propuesta del IVA y de los servicios funerarios. En este proyecto de ley no hay líneas rojas”, expresó el mandatario a la emisora local La FM, citado por la agencia de noticias Europa Press.
Sin embargo, aclaró que esto no significa que vaya a retirar el proyecto de ley enviado ya al Congreso, que era lo que demandaron las 43 organizaciones que convocaron al paro del miércoles.
“Espero que con los partidos políticos, con las propuestas que han llegado del sector privado, podamos, en el marco de las instituciones, en el Congreso, construir un texto que refleje ese consenso”, amplió.
El gobernante dejó en claro que puede hablarse de “una ponencia que sustituya aspectos del texto” y dijo que su Gobierno está “listo para hacerlo en el seno de las instituciones para fortalecer las finanzas públicas”.
La polémica reforma tributaria sacó a las calles de las principales ciudades del país a miles de colombianos en los últimos dos días, aunque se espera que las movilizaciones se prolonguen.
La primera jornada de protestas celebrada el miércoles desbordó las previsiones iniciales y acabó derivando en presión y enfrentamientos con la Policía.
Las autoridades reportaron al menos dos fallecidos, una treintena de detenidos, la mayoría en Cali y la capital Bogotá, y casi un centenar de agentes heridos.
La prensa colombiana se hizo eco de la brutalidad policial que se vio el miércoles, cuando una mujer perdió la visión de un ojo después de que un agente del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) le disparara directamente a la cara.
Algunos de los detenidos ya fueron liberados y las autoridades judiciales ordenaron abrir una investigación contra varios agentes que llevaron a cabo los arrestos.
Todo esto en medio de una fuerte suba de contagios de coronavirus, toques de queda en varias ciudades y un pedido urgente desde el uribismo para militarizar las zonas de las manifestaciones.
Parte de esa demanda se dio hoy en Cali, justamente, donde fueron desplegados unos 3.000 uniformados, después de una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad, en la que el ministro de Defensa, Diego Molano, dio cuenta de 30 detenciones y la expulsión de seis venezolanos “comprometidos en hechos violentos de la protesta”.
La gobernadora de Valle del Cauca, Clara Luz Roldán, explicó que se decidió “militarizar la ciudad porque lamentablemente las personas que salieron a hacer la marcha pacífica (el miércoles y jueves) ya no están en las calles, y los que están son vándalos robando, atacando”.
La alcaldía registró más de 20 heridos entre civiles y miembros de la fuerza pública así como ataques a más de 30 colectivos, ocho estaciones de servicio público y medio centenar de establecimientos.
La ONG Temblores denunció que un menor murió por un disparo de la policía durante las protestas, aunque la información no fue confirmada por autoridades, según la agencia de noticias AFP.
Mientras tanto, el ministro de Defensa anunció la llegada de más de 700 soldados, 500 hombres de la fuerza antidisturbios Esmad, 1.800 policías, dos helicópteros y 60 motos que apoyarán a la fuerza pública.
“No vamos a descansar hasta que Cali duerma tranquila”, aseveró el ministro.
La mayoría de las manifestaciones fueron pacíficas, pero hubo disturbios además en Bogotá, Medellín y Pasto. En todas estas ciudades rigen toques de queda para controlar la propagación de la Covid-19, que alcanza cifras récord en 13 meses pandemia.