Cultura

De la paella a la cara derretida: ¿cómo llegan los emojis a nuestros teléfonos?

Cristina Vela Delfa, Universidad de Valladolid y Lucía Cantamutto, Universidad Nacional de Rio Negro

Desde hace unos días, varios medios de comunicación vienen haciéndose eco de una colorida noticia: la aprobación de 37 nuevos emojis.

Una cara derretida, siete manos en diferentes gestos o una batería baja son algunas de las incorporaciones que se sumarán al teclado del móvil, seguramente en 2022, en la versión Unicode 14.0.

Actualmente existen más de tres mil emojis estandarizados, que no solo sirven para representar gestos y emociones sino que remiten a numerosos aspectos de la vida cotidiana; por ejemplo, frutas, vehículos o profesiones. Para llegar a un universo tan poblado, estos pictogramas han protagonizado una corta pero intensa vida, como contamos en nuestro libro Los emojis en la interacción digital escrita.

La familia emoji crece

Desde el 2010, cada año el Consorcio Unicode decide las nuevas incorporaciones. En un principio solo había 719 emojis, que tenían mucho en común con la lista inicial de 176 pictogramas diseñados por Shigetaka Kurita para NTT DoCoMo (unas caritas tristes y contentas, unas notas musicales, unos corazones, etc.) que actualmente se conservan en el MOMA de Nueva York como parte fundamental de la cultura popular de nuestros días.

Emojis MOMA.

Desde entonces, la inclusión de cada nuevo emoji es todo un acontecimiento. Por ejemplo, los argentinos sintieron como un auténtico triunfo social la introducción del emoji del mate. Pero, ¿cómo se toman estas decisiones? ¿Cuál es el proceso que hay detrás de cada nueva adhesión? La historia que esconde el emoji de la paella puede darnos alguna pista.

En el año 2015 la empresa de arroz La Fallera organizó una campaña en Twitter para que este icono de la cocina española entrase en el selecto club de los cincuenta signos culinarios que por esa fecha incluía la lista de emojis. Para lograrlo, buscaban convertir el hashtag #PaellaEmoji en trending topic y dar visibilidad a su propuesta, que competía con muchas otras. Gracias a ello, desde el año 2016 podemos informar del menú de la comida familiar del domingo enviando el emoji de la paella (si es el caso).

Sin embargo, no todas estas iniciativas resultan igual de exitosas. Así, mientras la paella pareció seducir a los miembros del Consorcio Unicode, la propuesta del emoji del vino blanco, liderada por las bodegas Kendall-Jackson de California en 2018, no corrió igual suerte.

Al hilo de esta anécdota, podríamos preguntarnos si de verdad resulta tan importante entrar en la lista de los emojis. Y la respuesta es: sin duda. Actualmente, la paella se codea con otros mitos culinarios de relevancia internacional, como la pizza y el sushi. Estas decisiones tienen consecuencias identitarias, además de ofrecer visibilidad internacional a reclamos turísticos.

Emojis que visibilizan

Si lo que no se nombra, no existe, en el mundo digital, lo que no tiene emoji, ¿no se ve? La campaña reivindicativa del emoji de la menstruación es buen ejemplo de esta idea.

En el año 2019, Unicode sumó el “emoji de la menstruación” a su repertorio. Esta inclusión resultó muy polémica. Hasta entonces las mujeres empleaban una serie de emojis de color rojo para dar cuenta del periodo menstrual. La campaña por la incorporación de un emoji que representara la regla fue iniciada por la ONG Plan Internacional. A través de una encuesta, recogió las diferentes propuestas gráficas que las mujeres sugerían para representar la regla. La más votada fue la de las bragas manchadas con gotas de sangre.

Sin embargo, cuando Unicode incorporó esta proposición, generó una versión eufemística del emoji: únicamente conservó la gota de sangre. Muchas mujeres no se sintieron identificadas con la alternativa oficial, que tanto puede representar la menstruación como una mancha de tomate.

A pesar del control que se desprende del proceso de estandarización al que son sometidos los emojis, los usuarios saben saltarse las normas. Siempre ha llamado la atención la nula representación de conceptos sexuales en el inventario. El sexo es un tabú en el colorido mundo de los emojis.

Emojis del melocotón en diversos sistemas operativos y plataformas. Emojipedia

Pero, obviamente, no lo es en internet: berenjenas, calabacines, peras, melocotones y hasta fuegos artificiales y gotas de agua han suplido estas lagunas. No obstante, también estos intentos de resignificación han sido censurados. El caso del emoji del melocotón en los dispositivos de Apple es muy representativo: parece ser que en sus primeras versiones este emoji recordaba demasiado a unos glúteos humanos y para evitar estas connotaciones fue rediseñado. Por suerte, en 2016 Apple volvió a la versión original.

Emojis cada vez más inclusivos

Los emojis, como cualquier otro fenómeno comunicativo y social, comportan una ideología. La actual directora del subcomité de emojis del Consorcio Unicode, Jennifer Daniel, lo tiene muy claro y así lo declaraba en una reciente entrevista a la MIT Technology Review: “Quiero que estas imágenes representen conceptos relevantes a nivel mundial y que sean accesibles e inclusivos para todo tipo de personas”.

De hecho, las últimas incorporaciones de emojis buscan la inclusión, en lo que concierne a tonos de piel o la diversidad de géneros, con el fin de que se sientan representadas el mayor número posible de personas. La incorporación de la bandera trans, por ejemplo, supuso un hito importante.

Entre las 37 nuevas imágenes que están próximas a aparecer en el menú de emojis encontramos algunas que nos resultan familiares, como la carita tapándose la boca pero sin las mejillas sonrojadas; otras totalmente novedosas, como la cara derritiéndose, y algunas especialmente disruptivas, como el hombre embarazado. Las hay, incluso, que tienen el respaldo declarado del mundo académico. Gretchen McCulloch y Lauren Gawne, especialistas en comunicación digital, y la propia Jennifer Daniel, propusieron, ¡ya en julio de 2019!, además de la cara con un ojo que espía, otros dos emojis: la mano con la palma arriba y la mano con la palma hacia abajo.

Con estos nuevos gestos digitales, que por fin han encontrado su sitio en el universo emoji, podremos combinar una palma hacia arriba con otro emoji alimenticio para ofrecer comida o hacer una secuencia con la palma hacia abajo para indicar que estamos lanzando algo.

Emojis, ¿renovarse o morir?

¿Cuál es el futuro de los emojis? Para algunos, los emojis representan una modernidad innecesaria. Para otros son, simplemente, el pasado. Los stickers, los GIF o los memes están ganando terreno a las caritas amarillas entre los más jóvenes. Y muy particularmente algunos de ellos.

Mientras en 2015 el emoji de la risa, oficialmente llamado “cara con lágrimas de alegría”, conquistaba los más grandes honores lingüísticos al ser elegido palabra del año por el Oxford English Dictionary, perdía fans entre las nuevas generaciones que empezaban a considerarlo demasiado mainstream.

Renovarse o morir. Una máxima de nuestro tiempo de la que tampoco se escapan los emojis.The Conversation

Cristina Vela Delfa, Profesora del Departamento de Lengua Española en la Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y de la Comunicación, Universidad de Valladolid y Lucía Cantamutto, Investigadora en el Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Derechos, Inclusión y Sociedad. CONICET-UNRN, Universidad Nacional de Rio Negro

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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