Comunidades sostenibles, reto del diseño en la pospandemia
Aunque el panorama después de la pandemia se vislumbra como desconocido, frágil, inestable y con muchas posibles crisis, el campo del diseño tendrá que acercarse a los territorios y conectar con todo lo que les rodea de una manera más profunda y directa.
En eso coincidieron los expertos que participaron en el panel “Diseño y territorio, emergencias y conflictos” –realizado por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira–, quienes se refirieron a la necesidad de acercarse a las comunidades para generar procesos de cambio positivo y adaptación en un escenario pospandemia, más allá de la estética o la mera creación de productos.
Al respecto, destacaron la noción del diseño pensado a partir de la vida y las acciones que se pueden referenciar a mediano y largo plazo para que este se adapte a las nuevas condiciones de vida.
Para María Eugenia Rinaudo, analista ambiental y coordinadora de sostenibilidad de la Universidad EAN, “en medio de la actual crisis estructural se deben replantear muchos procesos en los que la bioinspiración debe ser un pilar, pues se trata de cómo la naturaleza puede ser una aliada para superarla”.
En ese sentido, llama la atención sobre nuestra relación tanto con las máquinas o con la tecnología como con nuestros cuerpos y con el hábitat, y las formas de producción y de organización.
Por su parte, Giulio Vinaccia, diseñador industrial y consultor principal para la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (Onudi), menciona la importancia de que el proceso del diseño vuelva a su origen y a las comunidades.
“Hemos estado demasiados años, décadas, al servicio de minorías, y en la pospandemia el cambio positivo que podemos ayudar a crear es una transformación en esas comunidades, resolviendo pequeños problemas. Para que esto sea posible es necesario salir de las oficinas para hacer trabajo de campo y construir esa otra manera de relacionarse con clientes y usuarios”, señaló el funcionario.
Transformaciones a corto y largo plazo
Entre las herramientas y los procesos que se pueden abordar desde el diseño, la analista Rinaudo resaltó la metodología de biomímesis, la cual estudia la naturaleza y la utiliza como fuente de inspiración para encontrar propuestas innovadoras.
Todo esto, según explica, “para poder no solo diseñar a partir de las funciones y las estructuras de la naturaleza, sino incidir en cambios comportamentales de las personas”.
De esta manera será posible transitar hacia la sostenibilidad y el diseño de territorios bioinspirados. Estos procesos deberán apuntar a la identidad territorial, la cual será clave para los procesos de resiliencia y adaptación que se necesitarán en el futuro.
Alejandro Echeverry, cofundador y director del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam) de la Eafit, resaltó que los hábitos que se están viendo reflejados en medio de esta pandemia serán importantes para acelerar cambios y generar la posibilidad de innovar en el diseño del hábitat.
Agregó que “hoy usamos nuestras casas de formas muy distintas; solo por poner un ejemplo, los espacios son completamente flexibles: la mesa del comedor se utiliza para miles de cosas, el valor de los balcones en nuestros climas tropicales es increíble, sobre todo pensando en la vivienda social”.
Además asegura que se debe dar una profunda reflexión sobre el consumo, lo cual tendrá grandes implicaciones en diferentes dimensiones del diseño.
Sin embargo, Manuel Lecuona, Ph. D. en Bellas Artes y experto en gestión de diseño en la empresa, asegura que el “diseño realmente puede estar operando como constructor del imaginario que hablaría de cómo establecer planes en todos esos sectores, dándole una configuración a través de todo su instrumental y pasar de lo formal al pensamiento”.
Esta idea del aporte desde el pensamiento es apoyada por Andrés Sicard, experto en cultura y diseño y docente de la Escuela de Diseño Industrial de Facultad de Artes de la UNAL, quien considera que “el diseño también tiene la posibilidad de volver a poner nuevos significados de palabras que han estado gastadas”, pues es allí donde existe una oportunidad para poder renombrar, nombrar o recuperar denominaciones de ciertas cosas que han perdido valor.