Coronavirus

Buses ventilados reducen riesgo de contagio por COVID-19

Mantener las ventanas siempre abiertas –incluso si llueve– o tener sistema de aire acondicionado con sistemas de filtrado y con mínima recirculación son algunas de las recomendaciones para que el aire se renueve con frecuencia.

BOGOTÁ D. C., 18 de enero de 2021 — Agencia de Noticias UN-

Por su parte, los usuarios podrían reducir el riesgo de contagio en un vehículo de transporte público teniendo en cuenta factores como: mantenerse en silencio, sin cantar ni gritar, usar siempre y de manera adecuada el tapabocas (obligatorio), usar caretas, no ingerir alimentos ni bebidas y evitar los viajes de mayor distancia y duración.

Estas recomendaciones para los sistemas de transporte público e intermunicipal con respecto a los porcentajes de ocupación según el tipo de alerta –roja, naranja, amarilla y verde– en el que se encuentren las ciudades, son ofrecidas por el Grupo Colaborativo de Modelamiento de COVID-19 y Movilidad en Colombia, conformado por investigadores de varias instituciones, entre ellas la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

Según el equipo académico, en este momento, en el que varias ciudades del país tienen una tasa de contagio tan alta, el porcentaje máximo de ocupación en los sistemas de transporte masivo, autobuses convencionales y colectivos debería ser máximo del 40 %, en tanto que en por cable sería del 25 %.

Tras revisar la literatura existente –resultados de estudios publicados en revistas especializadas y artículos de prensa, entre otros– y a partir de las modelaciones de ventilación de vehículos realizadas por profesores de la UNAL, aunque en un principio se dijo que la transmisión por aerosoles —pequeñas partículas o gotas en suspensión— no era la principal vía de contagio, se ha demostrado que este sí es un mecanismo viable e incluso predominante.

“En los espacios cerrados existen 20 veces más probabilidades de que se den más eventos de superdifusión del virus”, indican los expertos en el artículo publicado en la reciente edición de Infectio, Revista de la Asociación Colombiana de Infectología dedicada a la atención, el diagnóstico y manejo del COVID-19.

Humedad del aire aumenta el riesgo

Así mismo recuerdan que en las ciudades latinoamericanas la humedad del aire aumenta la viabilidad del virus en aerosoles durante periodos más prolongados.

El profesor Néstor Rojas, director del grupo de investigación Calidad del Aire de la UNAL e integrante del Grupo Colaborativo, explica que “es algo similar a lo que sucede con el humo: así como este permanece en el aire y se va transportando y diluyendo, de la misma manera las gotículas respiratorias quedan suspendidas y pueden viajar distancias relativamente grandes, y, para el caso del COVID-19, contagiar a personas que se encuentran a más de los 2 m de distancia establecidos como medida de distanciamiento físico”.

Afirma que aunque toser o estornudar son fuentes de partículas respiratorias, la respiración y el habla normales también lo son, especialmente porque son más frecuentes y sostenidas. Según los estudios analizados: 4 min de respiración, de hablar o de cantar, genera el equivalente a 30 segundos de estornudos.

Mejor viajes cortos

En materia de prevención también es importante el tiempo que una persona pase en un espacio cerrado, por eso se debe procurar distanciamiento entre ellas según la ventilación y la duración del viaje (entre menor ventilación al interior y mayor duración del viaje, debe haber mayor distanciamiento entre los usuarios).

“En todo momento se debe procurar que entre los pasajeros la distancia sea de 1 m; que si las condiciones de ventilación son buenas y todos usan los elementos mínimos de protección adecuadamente, la distancia puede ser menor”, agrega el profesor Rojas.

No obstante, destaca que lo importante es no perder de vista que las ciudades necesitan el transporte masivo, por lo cual es prácticamente inviable considerar un cierre total de estos sistemas, ya que es el más sostenible y el único con el que cuenta la población de bajos ingresos.

Con respecto a las estimaciones que sirvieron para elaborar las recomendaciones, el profesor Juan David García, de la Facultad de Medicina de la UNAL y experto en inteligencia artificial, afirma que “la pandemia ha evidenciado la importancia del manejo de los datos (transporte, salud, concentración de personas, calidad del aire, entre otros) en el diseño y la puesta en marcha de estrategias que permitan mitigar el impacto de la crisis sanitaria en el mundo. Por eso es esencial sensibilizar cada vez más a las organizaciones públicas y privadas, así como a la sociedad, sobre su impacto positivo”.

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