Coronavirus

Bolsonaro intentó cambiar el prospecto de cloroquina para usarla contra la Covid, según exministro

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, montó un comité paralelo bajo el comando de sus hijos para tomar decisiones sanitarias al inicio de la pandemia e intentó cambiar por decreto el prospecto del remedio cloroquina para que fuera usado, sin comprobación científica, en forma masiva en contra de la Covid-19, denunció hoy ante el Senado su primer ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta.

El exministro habló durante la inauguración de la fase de testigos de la comisión parlamentaria de investigación (CPI) abierta en el Senado para investigar las omisiones del Gobierno y del mandatario en la pandemia, ya que el ultraderechista se negó a decretar cuarentenas, el uso de tapabocas y el distanciamiento social, pese a que Brasil superó 400.000 muertos y está saliendo con dificultad de un colapso hospitalario de dos meses.

Mandetta, ministro hasta abril de 2020, contó que cuando estaba en el Gobierno Bolsonaro lo convocó a su despacho junto con otros asesores presidenciales y le hizo un pedido que lo sorprendió.

Encima de la mesa había un texto con un decreto en el cual se incorporaba al prospecto de la cloroquina la enfermedad del coronavirus, algo no probado científicamente.

“Había un papel no timbrado de un decreto presidencial para que fuera sugerido que se cambie el prospecto de la cloroquina. Fue el propio presidente de la Anvisa (la Anmat brasileña) que se negó”, dijo Mandetta.

Considerado un presidenciable de la derecha liberal del partido Demócratas, el exbolsonarista Mandetta acusó también a Bolsonaro de haberse rodeado de asesores comandados por su hijo Carlos -concejal de Rio de Janeiro y su coordinador de redes sociales-, que trabajaban en contra de las directrices científicas del Ministerio de Salud, especialmente en términos de la recomendación sobre el distanciamiento social.

Mandetta denunció también ante el Senado las omisiones de Bolsonaro sobre las alertas de los científicos y epidemiólogos dados al jefe del Estado para enfrentar la pandemia.

Desde bien temprano en la pandemia, Bolsonaro apostó a los remedios cloroquina, hidroxicloroquina, annita e ivermectina como forma de tratamiento contra el distanciamiento social defendido por la comunidad científica y en 2020 siguió la línea del expresidente estadounidense Donald Trump.

Aún cuando los expertos advertían que estos medicamentos no estaban probados para la nueva enfermedad, la Covid-19, Bolsonaro siguió presionando hasta que en marzo pasado aparecieron los pedidos de juicio político por genocidio sanitario y comenzaron los primeros casos de pacientes que tomaron cloroquina, un remedio contra la malaria, con necesidad de transplantes hepáticos.

Bolsonaro importó en 2020 cloroquina de Estados Unidos y ordenó la fabricación del antipalúdico al laboratorio del Ejército para entregarlo como parte de un ‘kit covid’, una suerte de tratamiento repartido sobre todo en las comunidades más pobres del país, pese a que aún no existe un remedio para la Covid-19 reconocido en ninguna parte del mundo.

Mandetta explicó que Bolsonaro se rodeó de asesores y médicos ajenos al Ministerio de Salud que abonaban la teoría de la ‘inmunidad de rebaño’ y el ‘aislamiento vertical’, es decir, habilitar contagios masivo y apenas dejar a los mayores de 60 años en sus casas.

El exministro evaluó que Bolsonaro adoptó el “negacionismo” como política y no quiso hacer campaña oficial de concientización sobre los peligros de la Covid-19.

Esta primera audiencia de testigos en el Senado fue explosiva y, por eso, varios senadores oficialistas habían intentado evitar la declaración de Mandetta.

Mañana le toca a Nelson Teich, segundo ministro de Salud de Bolsonaro, quien duró menos de 30 días en el cargo.

Aunque el oficialismo no logró frenar la declaración de Mandetta, sí respiró tranquilo cuando se canceló la presencia mañana del general Eduardo Pazuello, el ministro de Salud entre mayo de 2020 hasta marzo pasado, que hoy está de vuelta en el Ejército.

Pazuello, una voz clave en la investigación por la masacre de pacientes por falta de oxígeno en Manaos, Amazonas, en enero pasado, se negó a acudir mañana porque dijo que estuvo en contacto con gente contagiada luego de haber sido fotografiado paseando en un shopping de Manaos sin tapabocas, en abierto desafío a las medidas del propio centro comercial y del Gobierno estatal.

Pero aún si Pazuello no declara mañana, ya la primera jornada de hoy fue lapidaria para el mandatario.

El relator de la comisión, senador opositor Renán Calheiros, del Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB), calificó de “relevantes” las declaraciones de Mandetta y destacó la carta que el exministro dio a conocer y que le había dado a Bolsonaro en marzo del año pasado alertando sobre los muertos que vendrían si no se tomaban medidas.

Mandetta es uno de los considerados presidenciables para 2022 de la centroderecha no bolsonarista, espacio que comparte con el gobernador paulista, Joao Doria, y al que se acercó recientemente el exgobernador de Ceará y exministro Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT).

La comisión investigadora debe determinar si el presidente colaboró en la propagación del virus a propósito, como parte de su tesis de la inmunidad de rebaño y participando de grandes concentraciones de personas, como marchas de sus simpatizantes.

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