Política y Sociedad

Bachelet alerta sobre mayor derramamiento de sangre en Myanmar

GINEBRA – La escalada de violencia en Myanmar debe detenerse para evitar una mayor pérdida de vidas y una agudización de la emergencia humanitaria cada vez más grave que vive el país, dijo este viernes 11 la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.

En ese país del sureste asiático “los choques armados y otros tipos de violencia se están intensificando en muchas partes, incluidos los estados de Kayah, Chin y Kachin, y la violencia es particularmente intensa en zonas con importantes grupos minoritarios étnicos y religiosos”, dijo Bachelet en una declaración.

En esos estados de las fronteras este, oeste y norte, respectivamente, de la alargada geografía birmana, han aumentado la presencia militar y la violencia, y decenas de miles de personas (108 000 solo en Kayah) debieron huir de sus hogares, según reportes recibidos por la oficina de Bachelet (Acnudh) en esta ciudad suiza.

En Myanmar se produjo un golpe de estado el 1 de febrero pasado, los mandos militares asumieron la conducción del país y la ex primera ministra civil, Aung San Suu Kyi, fue detenida, acusada de diversos delitos y está siendo juzgada.

El golpe desató una ola de protestas en las ciudades, seguida de una fuerte represión, y en ese contexto murieron al menos 860 personas y otras 4800 permanecen detenidas sin causa aparente y con denuncias de tortura y castigos a familiares.

En este renglón, Bachelet se refirió al caso de la madre de un activista que fue condenada el 28 mayo a tres años de prisión, en lugar de su hijo.

“En cuatro meses, Myanmar ha pasado de ser una democracia frágil a una catástrofe de derechos humanos. Además de la pérdida de vidas, las personas están sufriendo graves impactos en sus derechos sociales y económicos. El liderazgo militar es el único responsable de esta crisis y debe rendir cuentas”: Michelle Bachelet.

Continúan las detenciones arbitrarias de activistas, que a menudo se expresan mediante vigilias pacíficas, de periodistas y de opositores al gobierno militar.

En algunas regiones del país, también conocido por su antiguo nombre de Birmania, se han producido enfrentamientos armados entre milicias opositoras y unidades militares y policiales.

La Acnudh dijo que las fuerzas de seguridad del Estado siguen utilizando armamento pesado y realizando ataques aéreos contra grupos armados y contra civiles e infraestructura civil, como las iglesias cristianas.

Ravina Shamdasani, portavoz de Bachelet, dijo que “por si fuera poco, más de un centenar de agrupaciones autodenominadas “fuerzas de defensa del pueblo” y grupos armados de oposición operan en el país, aunque “hay “poco mando centralizado”.

Bachelet instó a proteger los hospitales, escuelas y lugares de culto, luego de que varias de esas instalaciones fueran ocupadas por fuerzas de seguridad, o resultaran dañadas por acciones militares.

La alta comisionada, quien fue dos veces presidenta de Chile (2006-2010 y 2014-2018), también citó informes creíbles de que las fuerzas de seguridad han utilizado a civiles como escudos humanos y han bombardeado casas e iglesias en Loikaw, Phekon y Demoso, en el estado de Kayah.

Esto transgrede los compromisos asumidos en abril por los líderes militares birmanos con los países de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (Asean), de poner fin a la brutal violencia contra la población civil que se registra desde febrero.

Los soldados también bloquearon el acceso humanitario y atacaron a los trabajadores de socorro, indicó Bachelet.

Asimismo, detalló que la población desplazada en el estado de Kayah se encuentra ahora en áreas forestales donde precisa asistencia humanitaria.

“En cuatro meses, Myanmar ha pasado de ser una democracia frágil a una catástrofe de derechos humanos. Además de la pérdida de vidas, las personas están sufriendo graves impactos en sus derechos sociales y económicos”, dijo Bachelet.

“El liderazgo militar es el único responsable de esta crisis y debe rendir cuentas”, agregó la responsable de derechos humanos de la ONU.

También pidió “intensificar la diplomacia regional, sobre todo por parte de la Asean” e insistió en “la necesidad imperiosa del cese inmediato de la violencia y las violaciones de los derechos humanos”.

A-E/HM

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