Los héroes olvidados del Covid-19
El mundo ha mostrado un gran agradecimiento por los médicos, quienes indudablemente están trabajando arduamente por salvar vidas a diario.
Cuando pienso en los héroes de la salud de esta pandemia, no sólo pienso en los galenos, sino en aquellos que pueden parecer invisibles, los que peor salario y prestaciones reciben, los que tienen la contratación más injusta y desigual. Los aseadores de los hospitales, los auxiliares de enfermería, los camilleros, los vigilantes, todo el personal no médico en un hospital (cocina, cafetería, recepción), los conductores de ambulancia.
Pero los aseadores de los hospitales son quienes tienen la labor más riesgosa de casi todos los miembros del equipo que salvan la vida de los enfermos. Son ellos y ellas los que se encargan de limpiar todos los fluidos, desechos, muebles, elementos, pisos y paredes contaminados con todo tipo de infecciones, bacterias y virus como el Covid-19.
Gracias a su eficiente trabajo de limpieza evitan que las personas de las clínicas se sigan contagiando. Con su trabajo cuidan la vida de todos, del equipo médico para que sigan salvando vidas.
Y como mencioné antes, son los trabajadores que menos salarios ganan, el mínimo e incluso menos en el caso que sean contratados por órdenes de prestación de servicios o por tipos de contratación inestables, en las que les nieguen prestaciones y derechos.
¿Los trabajadores del aseo de los centros hospitalarios cuentan con todos los elementos necesarios para no contagiarse? ¿Alguien se preocupa por esa dotación necesaria para ellos en el caso de que sea escasa?
¿Dentro de las estadísticas de enfermos por Covid-19 se están contabilizando estadísticamente por separado el número de aseadores de clínicas que hayan sido contagiados? ¿Existe este dato para poder medir su vulnerabilidad actual? Por lo menos yo aún no lo he encontrado.
Existe la estadística del personal de salud: médicos, enfermeros, auxiliares, ambulancias… pero no aseadores, quizás porque no los consideran personal de la salud. Y definitivamente para mí si lo son. Tienen un trabajo tan difícil, limpiar todo lo peligroso y todo lo que da asco.
Todos estos trabajadores se merecen los mismos aplausos y homenajes que los médicos. Pero más que muestras de gratitud, que indudablemente alegran el alma, lo que necesitan es una mejora en su calidad de vida, especialmente en estos momentos en los que exponen a diario su seguridad y las de sus familias cuando van a trabajar.
Moralmente los empleadores, el Estado y los gobiernos locales tienen la obligación de mejorarles su calidad de vida, cada uno desde su responsabilidad.
Empleadores, contrátenlos de manera decente y justa, contratos estables, donde y tengan todos los beneficios laborales y mejores salarios. En este momento el Gobierno Nacional debería estar creando una prima o un bono extra por trabajo de riesgo, los militares que están en combate o en zonas peligrosas lo tienen.
¿Por qué el sector de la salud no? Esta es una guerra por la vida ante un enemigo invisible. Y en este bono, incremento o prima extra tienen que estar todos incluidos, no sólo médicos, enfermeras, auxiliares… sino todos los que estén dentro de un centro hospitalario, desde el vigilante, aseadores, personal administrativo…
Y también los que trabajan en las farmacias, los supermercados, tiendas, bancos, aseo urbano, policía y todos los que con su trabajo permiten que nuestro mundo siga funcionando.
Y si esto no lo pueden asumir las empresas porque es un incremento en los costos, que el Gobierno Nacional o los locales destinen un subsidio o una ayuda extra que les sea consignadas en sus cuentas.
De aplausos y cacerolazos de agradecimientos no se vive. Todas esas personas tienen deudas y necesidades, familias que sostener en estos tiempos tan difíciles para todos. Y lo que definitivamente necesitan es que les garanticen la seguridad de su vida en el trabajo y mejores condiciones laborales, que les permitan tener más tranquilidad económica.
Ya tiene bastante estrés en el trabajo que afrontan día a día. El Gobierno Nacional debería aligerarles un poquito la carga y brindarles un poco de bienestar.
Los gobiernos locales tendrían que estar trabajando fuertemente para obligar a que las empresas les brinden los elementos de seguridad necesarios.
A todo ese personal les agradezco su trabajo, lo reconozco, valoro su importancia hoy más que nunca y los incluyo en todas mis oraciones. Su labor es sumamente valiosa e importante.