Global Big Day and Local Big Opportunity #GBD
La observación de aves no es solo turismo o ambiente, es educación, salud y cultura.
Hoy tuve un encuentro virtual con una “mancha” de “pajareros” peruanos que me arrinconaron y apalearon por un comentario (que admito pudo ser mejor redactado). Más que acusar a alguien buscaba, desde mi percepción e información, resumir en un posteo -casi tuitero- lo que siento respecto al desarrollo de eventos internacionales y la participación del Perú en ellos. Estoy seguro que esta publicación la leerá más de uno de aquellos apasionados que sintieron que este muchacho (desconocido en su mundo) los vino a juzgar en su propia cancha. A todos ellos mis disculpas sinceras, la voluntad es de sumar pero también la de decir aquello que a veces es incómodo aun a riesgo de ser odioso como hoy (o como siempre). El ánimo es no quedarnos aplaudiendo sino también sacarnos una “tomografía” para seguir creciendo.
Creo que hay algunos detalles que se deben referenciar previamente para que se entienda mejor los que escribo:
- Los hobbies llegan a ser pasiones, y así como hay hobbies socialmente vanos hay otros que son socialmente útiles. La observación de aves es un hobbie que podría llegar a ser extremadamente útil para la sociedad, tiene un valor incalculable pues a través de ello se pueden promover diversos elementos de contribución social en aspectos ligados a la educación y la salud emocional e incluso física, lo cual contribuiría a una sociedad mejor.
- Como todo hobby con potencial apasionante la observación de aves tiene gradualidades y los disfrutes deben estar establecidos en los estadios en los que se va encontrando el individuo, de modo tal que llegar a la experticia constituya un reto posible, viable y atractivo.
- Los hobbies tienen un costo, ya sea a nivel de tiempo o dinero, no se trata solo de motivación. Observar aves no es la excepción, por ello se debe entender que los estadios y la apertura a la captación de más individuos que lo disfruten dependerá de ello, no solo de tener ganas.
Luego de mencionar esos elementos quiero expresar que como es sabido en los últimos años muchas personas e instituciones promueven la actividad a nivel nacional, y también en otros países he visto de cerca esfuerzos y acciones para consolidar y crecer. Si uno ve los resultados de los últimos cuatro años y los compara, se dará cuenta que más allá de número de especies existe un despliegue territorial, una estrategia y una voluntad de institucionalización que va dando resultados.
Si por otro lado uno mira las cifras del Global Big Day 2018 y ve que Estados Unidos tiene el mayor número de participantes y de listas, seguido de Canadá. En contraste se ve a Colombia, Perú y Ecuador en el “top” de especies, y es en ese comparativo que uno entiende el gran potencial que tienen estos países últimos para captar a esos apasionados norteamericanos en el papel de turistas. Ese gran potencial desde hace tiempo nos ha hecho mirar la observación de aves desde el turismo, y olvidamos a veces que tenemos más ciudadanos que visitantes, que esta bella pasión debería ser compartida con el coterráneo, y como no ser también una oportunidad de negocio sostenible con esa otra demanda, la local, la interna.
Este mismo potencial orientado desde el turismo nos hace buscar apoyo estatal desde ese sector o el sector Ambiente, y probablemente no nos permite verlo desde otras posibilidades como la salud, la educación, cultura, etc.
¿Se imaginan incluir un interescolar nacional de Observación de Aves? ¿Se imaginan clubes escolares de Observación de aves? ¿Se imaginan a señoras que combinen sus clases de Tai chi en el parque con jornadas de observación de aves? ¿Se imaginan a los adultos mayores en viajes cercanos observando aves y disfrutándolas? ¿Se imaginan un álbum “Panini” de aves del Perú coleccionable en los colegios financiado por el Ministerio de Educación? ¿Se imaginan que la idea de algunos muchachos tarapotinos de billetes con especies de aves sea promovida por el BCR?
Los aliados para que ganemos adeptos a la causa de las aves no son solo Promperú, Sernanp o Serfor, los aliados de base son el Ministerio de Educación, el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Salud o Essalud, nuestras aliadas son las Universidades, Institutos y sin lugar a dudas son los cientos de Clubes de Observadores de Aves que aún faltan crear. No es loco pensar también en el Ministerio del Interior y la Policía que anualmente realizan vacaciones útiles, en el Ministerio de Defensa que tiene bases militares en lugares recónditos y que tal podrían ayudar a la causa.
Con todo esto quiere referirme a un término vital para generar sostenibilidad, esa palabra es “Institucionalidad” y debemos apuntar y revisar que quienes hoy lograron la corona han ido transitando por ese sendero, no están muy lejos pero si un poquito adelante.
La institucionalidad permite menos esfuerzos posteriores y focalización en estrategias, y eso es en lo que se debe trabajar. Ampliar la base de aficionados permanentes que no se junten solo para el mundial sino que jueguen todos los días del año, que entrenen semanalmente, que ayuden a la estrategia, que coordinen con sus municipios, que sean el ejército ciudadano que disfruta la pasión y gana mundiales.
La institucionalidad no depende de personas, sino de conjuntos con agenda clara y duradera, la institucionalidad no es un registro público y una directiva, no es un líder o un “influencer”, es más bien tener comunidades bases reunidas de manera constante e informadas, tomando parte de las decisiones y apoyando a su clase dirigente. Institucionalidad no es un buró de expertos sino más bien una representación de las muchas líneas donde todos suman desde sus campos, los biólogos desde el estudio del objeto de afición, los educadores desde su labor de informar y formar, los estrategas desde su visión y análisis, y así cumplir varios propósitos de manera colegiada, orgánica y válida. ¿Lo que nos pasa con la gastronomía no nos deja lecciones de los bueno y lo malo? Veamos también lo que le está pasando al fútbol peruano con el trabajo institucionalizado y no basado en figuras sino en talentos varios.
El Estado marcha al ritmo de lo que se le plantea, hoy aporta desde donde nosotros mismos le decimos, pero en realidad el Estado se la debe jugar por el tema más allá del turismo. El Ministerio de Cultura debería editar una publicación sobre las aves en el antiguo Perú, sus relaciones con los pueblos, significados en el imaginario popular, en la cosmovisión o cosmogonía de cada espacio y cultura. Si hiciéramos un Global Big Day para registrar el número de especies que nuestros antepasados nos legaron en frisos, muros, textiles, petroglifos y relatos, ¿Cuántas especies lograríamos registrar?
Yo quisiera un año próximo con un GBD en el que existan equipos de etnias y pueblos originarios en alianza con hermanos externos a sus territorios que intercambian información, y toman conciencia que hay un movimiento mundial que valora el patrimonio que ellos tienen y que les pedimos (y ayudamos) sigan conservando.
La institucionalidad permite claridad, transparencia y sobre todo representatividad, eso de lo que tanto adolecemos en nuestro país. La institucionalidad permite vida larga y trascendencia, permite políticas públicas, permite fuerza común. Ese es el sendero que debemos transitar a la par de prepararnos para los retos más cercanos mientras se cimienta. Yo no soy experto en estos temas, tan solo un ciudadano de bien y un aficionado.