Sin POT, Bogotá vive en la incertidumbre
En el Concejo Distrital no se ha aprobado ningún proyecto, a largo plazo, de ordenamiento territorial, que posibilite la construcción de una ciudad a futuro.
Así lo advirtió el profesor Fernando Viviescas, del Instituto de Estudios Urbanos (IEU) de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), quien llamó la atención de los concejales de Bogotá, para señalar que en tales condiciones, “Todo queda en manos de los proyectos que la Alcaldía presente cada cuatro años, y así no se puede estructurar una ciudad”.
De ahí la responsabilidad que le cabe al cabildo, afirmó el docente en el foro “Sostenibilidad, Equidad y Ordenamiento Territorial” (SEOT 2017), organizado por el Concejo de Bogotá, la Cámara de Comercio de Bogotá, ONU-Hábitat, Fundación Siemens y El Tiempo.
El arquitecto y urbanista de la U.N. aseguró que “Lo primero que se debe hacer es que la conciencia de la política moderna, democrática y ciudadana, asuma la responsabilidad de que es sobre ella que se construye un proyecto de sociedad y, en ese sentido, la planeación es una herramienta porque son proyectos a largo plazo, integrales y sostenibles”.
Además, recordó que este año se celebran 20 años de la Ley 388 de 1997 —Ley de Desarrollo Territorial—, y en ese momento “Nunca pensamos que nos iban a dejar a Bogotá sin posibilidades de construir un proyecto”.
Al respecto, precisó que aunque se han presentado proyectos de todo tipo, el Concejo no ha sido capaz de aprobar ninguno, con lo cual deja a la ciudad en un nivel de incertidumbre tremendo, “Porque cada cuatro años dependemos de la voluntad de los alcaldes”, insistió.
En el panel “¿Estrategias de reorganización espacial y reordenamiento territorial?”, el profesor Viviescas indicó que una ciudad, con las dimensiones poblacionales de Bogotá, no puede vivir sin un plan de largo plazo, en el que se pueda construir un proyecto de ciudad y de ciudadanía que sea productivo e integrado con el medio ambiental.
“Eso es una responsabilidad de los gobernantes. Ojalá se pueda marcar un antes y un después, en el que los sectores políticos se tomen en serio su responsabilidad con el ordenamiento territorial”, expresó.
Por otra parte, el arquitecto y urbanista planteó que es necesario cambiar la relación de la academia y los centros de pensamiento e investigación con la estructura política del país: “La tradición de la dominación en Colombia es adversa y refractaria al conocimiento científico y a la tecnología”, añadió.
De igual manera, consideró que esta es una revolución que habría que hacer, y que se tiene que plantear una perspectiva en una nueva relación entre la academia y la estructura política.
Mesas de trabajo dirigidas
Además de su intervención, el profesor Fernando Viviescas dirigió una de las mesas de trabajo con los participantes al Foro SEOT 2017, de la cual se generaron propuestas de ordenamiento territorial que debieron ser presentadas ante la plenaria del Concejo Distrital.
Una de los aspectos que se mencionaron tiene que ver con la posibilidad de formular un plan de ordenamiento territorial subterráneo: “Bogotá no puede seguir funcionando sin saber cómo está su estructura subterránea. Además, esto también es un foco de corrupción porque en las obras se genera un reajuste en los presupuestos por este desconocimiento”, manifestó.
Otro aspecto está relacionado con la dificultad en la integración de los instrumentos de ordenamiento territorial, especialmente, entre los Planes de Manejo y Ordenamiento de una Cuenca (POMCA) y los Planes de Ordenamiento Territorial (POT).
También se enfatizó en que los urbanizadores y los urbanistas deben tener en cuenta los antecedentes y las consecuencias, para adelantar proyectos de renovación urbana. “No se tiene que tener como premisa la expropiación, los proyectos son con y para la gente para que el ordenamiento territorial sea completo”, subrayó.
Finalmente, se planteó ante el Concejo la necesidad de reforzar el control por parte de las autoridades a las urbanizaciones informales que se están formando en la ciudad y que generan focos de inseguridad.