El por qué la banca de desarrollo considera a Kenia de alto riesgo climático
El clima extremo relacionado con el cambio climático pone en peligro los planes de desarrollo de Kenia, aunque contribuye muy poco al recalentamiento planetario, está catalogado como un país de alto riesgo por los bancos de desarrollo.
Por: Joyce Chimbi
NAIROBI – Kenia aporta menos de 0,1 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero cada año a nivel mundial y pese a ello los bancos de desarrollo han etiquetado este país de África oriental como de alto riesgo climático.
Esto obedece a los cambios meteorológicos extremos que amenazan cada vez más los planes de desarrollo del país, amplía las desigualdades socioeconómicas y profundiza la pobreza rural y el hambre.
El cambio climático consiste en cambios a largo plazo de los patrones de temperatura y clima. El riesgo climático es el daño potencial provocado por el cambio climático, como destrucción financiera, social, ambiental y muertes.
Los perfiles de riesgo climáticos específicos de un país son una síntesis de un análisis de tendencias climáticas durante un extenso período, que revela cómo la variabilidad de los patrones meteorológicos afecta la vida y los medios de vida.
Se aconseja a los países que utilicen estos perfiles para informar sus planes de desarrollo, ya que no hacerlo puede desviar significativamente el logro de los objetivos de desarrollo establecidos.
Por ejemplo, la impredecibilidad en los patrones meteorológicos tiene un impacto negativo en ciertos sectores de la economía de Kenia.
Esto incluye agricultura, turismo, horticultura, ganado, pastoreo y recursos forestales.
Casi 98 % de la actividad agrícola se alimenta da la lluvia. Mediante el uso de proyecciones de riesgo climático, el país puede invertir en riego para reducir el impacto del cambio climático en el sector, dado que la agricultura constituye el medio de vida de cerca de 75 % de kenianos.
El perfil de riesgo climático más reciente de Kenia aporta un resumen de las tendencias climáticas durante dos décadas, entre 1991 y 2020, y revela que alrededor de 68 % de los desastres naturales en Kenia se deben a fenómenos de clima extremo, principalmente inundaciones y sequías. El restante 32 % corresponde a epidemias por enfermedades.
Las altas temperaturas provocan frecuentes sequías intensas
En total, se registraron 16 fenómenos de sequías entre 1991 y 2020, que afectaron a millones de personas y provocaron un daño total estimado de 1500 millones de dólares.
A pesar de que las inundaciones son un fenómeno más reciente en Kenia, se están volviendo cada vez más frecuentes, lo que ha ocasionado 45 inundaciones durante el mismo período. Mientras que un patrón de sequías comenzó a aparecer en 1975, un patrón de inundaciones apenas comenzó a surgir entre 2012 y 2020.
Un patrón recurrente de sequías e inundaciones tiene un costo aproximado para el país de entre 3 y 5 % de su producto interno bruto. Durante las últimas dos décadas, la temperatura media anual de Kenia fue de 24,2 °C, con una máxima de 30,3 °C y una mínima de 18,3 °C.
Para dar una referencia de las temperaturas promedio de Kenia, 2023 fue el año más caluroso registrado y 2024 sigue la tendencia.
Según una opinión en The Conversation de Gilbert Ouma, profesor adjunto del Departamento de Meteorología de la Universidad de Nairobi, las temperaturas promedio de la capital keniana suelen ser moderadas, entre 24 °C y 25 °C para la máxima y 17 °C y 18 °C para la mínima.
“Por lo general, son temperaturas agradables. Sin embargo, en el período que comprende los meses de diciembre, enero y febrero, las temperaturas máximas son habitualmente altas, entre los 26 y los 27 °C», dice.
Y añade: “Este año, las temperaturas en febrero subieron hasta los 29 y 30 °C, e incluso llegaron a 31 °C. Esto es alrededor de 6 °C más que las temperaturas habituales en Nairobi. Es una gran diferencia y nuestro cuerpo seguramente la siente. Si ese aumento de la temperatura se sostiene por mucho tiempo, puede provocar una ola de calor”.
Las sequías han sido un problema urgente y persistente en Kenia. Desde 1975, los ciclos de sequías solían presentarse cada 10 años. Pero a medida que el cambio climático aumenta tanto en frecuencia como en intensidad, el ciclo de sequías se redujo de cada 10 años a cada 5 años, y luego cada 2 a 3 años.
Todos los años, se produce un período de sequía anual y una escasez de alimentos. Además, La regularidad de los períodos extremadamente secos impide que el país se recupere de una sequía a otra.
Historia de ciclos de sequías en Kenia desde 1991 hasta 2020
La sequía es frecuente en Kenia. En 1991-1992, la sequía afectó a más de 1,5 millones de personas, seguido de otro ciclo de sequía generalizado en 1995-1996, que afectó al menos a 1,4 millones de personas.
En enero de 1997, el gobierno declaró a la sequía como un desastre nacional, que afectó a más de dos millones de personas y la hambruna continuó hacia 1998. Poco tiempo después, en 1999-2000, aproximadamente 4,4 millones de personas tuvieron la necesidad urgente de ayuda alimentaria debido a la grave hambruna. En términos de desastres naturales, ese fue declarado el peor en los últimos 37 años.
La sequía de 1998-2000 le costó al país alrededor de 2800 millones de dólares, principalmente a causa de la pérdida de cultivos y ganado, incendios forestales, daños a las pesquerías, disminución de la generación de energía hidroeléctrica, reducción en la producción industrial y los suministros de agua.
En 2004, la falta de las largas precipitaciones de marzo a junio derivaron en una grave sequía que dejó más de tres millones de kenianos con la necesidad urgente de una ayuda alimentaria. En diciembre de 2005, el gobierno declaró la sequía como una catástrofe nacional, que afectó al menos a 2,5 millones de personas solamente al norte de Kenia.
La sequía en 2008 afectó a 1,4 millones de personas y 10 millones de personas en total estuvieron expuestos al hambre después de una cosecha infructuosa debido a la sequía a finales de 2009 y comienzos de 2010. Esta sequía severa y prolongada le costó al país 12.100 millones de dólares en daños y pérdidas, además de 1700 millones de dólares para recuperarse.
Hay 47 condados en Kenia. Dado que solamente 20 % del territorio de Kenia recibe precipitaciones abundantes y regulares, las zonas áridas y semiáridas (Asal, en inglés) comprenden entre 18 y 20 de los condados más pobres, que están especialmente expuestos a mayor aridez y períodos de sequía.
Las regiones Asal han soportado tres sequías significativamente graves entre 2010 y 2020. El período comprendido entre 2010 y 2011 fue severo, prolongado y afectó al menos a 3,7 millones de personas. Provocó daños y pérdidas por 12.100 millones de dólares. Además, la recuperación y reconstrucción tuvo un costo superior a 1700 millones de dólares.
A ese ciclo, lo siguió la sequía de 2016-2017. La hambruna de 2020-2022, que fue la más severa, duradera y extendida ya que más de 4,2 millones de personas, o un 24 % de la población de Asal, hicieron frente a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda.
Descripción de los desastres naturales en Kenia, 1991-2020
Kenia está padeciendo cada vez más de períodos de fuertes lluvias intensas. Durante este período, se produjeron un total de 45 inundaciones, que directamente afectaron a más de 2,5 millones de personas y provocaron un daño estimado de 137 millones de dólares. Estos fenómenos se presentaron en 1997, 1998, 2002, 2012 y 2020, fueron de corta duración, frecuentes e intensos.
A diferencia de la sequía y la hambruna, la historia de inundaciones en Kenia es mucho mas breve. Hubo muchas temporadas consecutivas de sequías desde 1991 hasta 1997. A partir de ese año, comenzó a aparecer un patrón de inundaciones en este país del este de África.
Todo comenzó con las históricas inundaciones severas y mortales de El Niño en 1997‑1998, que fueron generalizadas y afectaron a 1,5 millones de personas. Luego, se produjeron las inundaciones de 2002, que afectaron a 150.000 personas. Kenia ha tenido inundaciones casi todos los años entre 2010 y 2020.
Riesgo proyectado a futuro
“De 2020 a 2050, las proyecciones muestran que las regiones ASAL seguirán recibiendo cada vez menos precipitaciones. Las temperaturas en el país continuarán aumentando 1,7 °C para 2050 y serán aún más altas —alrededor de 3,5 °C— antes de final del siglo. El recrudecimiento del cambio climático aumentará nuestro riesgo climático”, comentó a IPS la investigadora independiente sobre cambio climático en África oriental, Mildred Nthiga.
Y añadió: “Tendremos inundaciones todavía más frecuentes y dañinas, seguidas de períodos más extensos de sequía. Ya hemos empezado a sufrir desprendimientos de tierras y aludes alarmantes; esto será una preocupación aún mayor, en especial en las tierras altas”.
Se hace hincapié en que la erosión adicional del suelo y el anegamiento de terrenos de cultivos afectarán significativamente la productividad agrícola, lo que reducirá rendimientos y aumentará la seguridad alimentaria. También se producirán pérdidas económicas importantes, daños severos a tierras agrícolas e infraestructura.
Peor aún, ya se fue testigo durante las inundaciones letales de este mismo 2024 en cuanto a víctimas humanas. Esto profundizará la pobreza rural y el hambre, así como también desviará el avance de Kenia hacía el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), acordados por la comunidad internacional en las Naciones Unidas.
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