La Unesco reclama seguridad para los periodistas en Afganistán
PARÍS – La libertad de expresión y el respeto al trabajo periodístico deben continuar garantizados en Afganistán, exigió este viernes 20 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Audrey Azoulay, directora general de la Unesco, afirmó que “el acceso a una información fiable y a un debate público abierto mediante medios de comunicación libres e independientes es esencial para que los afganos vivan en la sociedad pacífica que merecen”.
Agregó que “en este momento crítico, nadie debe tener miedo de decir lo que piensa y se debe garantizar la seguridad de todos los periodistas, en especial de las mujeres”.
La Unesco aboga por que los avances logrados en las últimas dos décadas en materia de libertad de expresión no se reviertan “y que las mujeres periodistas, en particular, puedan continuar con su crucial labor”, de acuerdo a un texto de la organización.
“En este momento crítico, nadie debe tener miedo de decir lo que piensa y se debe garantizar la seguridad de todos los periodistas, en especial de las mujeres”: Audrey Azoulay.
La agencia de la ONU registró las recientes declaraciones, del movimiento talibán que se hizo con el poder hace una semana, de que no habría amenazas ni represalias contra los periodistas, y pidió que ese compromiso “se respete y se cumpla rigurosamente en todo el país”.
El día 18, la Federación Internacional de Periodistas (FIP) y el estadounidense Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ en inglés) dieron cuenta de que dos presentadoras de noticias de la Radio Televisión de Afganistán (RTA) fueron retiradas de sus puestos de trabajo.
Se trata de las periodistas Shabnam Dawran y Khadija Amin, a quienes se les impidió acceso a la RTA, se les indicó que debían devolverse a sus casas hasta nuevo aviso, por lo que temen por su integridad y sus vidas.
“Todo lo que hemos logrado durante 20 años desaparecerá. Los talibanes son los talibanes. No han cambiado”, comentó Amin en un contacto registrado por la FIP y que alude a normas que en el pasado impuso la milicia talibana para negar el derecho al trabajo de las mujeres.
La FIP declaró que su atención y preocupación “por la situación que enfrentan ahora las mujeres periodistas que trabajan en el país bajo el liderazgo de los talibanes y el impacto en la información de los medios”.
También corresponsales y enviados de la prensa internacional han registrado agresiones y limitaciones para ejercer su trabajo en los últimos días en la capital, Kabul, y en ciudades del interior de Afganistán.
Los peligros para el periodismo no se limitan a los episodios asociados a la captura del poder por el talibán este agosto, pues según la Unesco solo este año al menos siete periodistas, entre ellos cuatro mujeres, han muerto en actos de servicio.
La Unesco reiteró que mantiene su “compromiso de seguir apoyando la libertad de expresión y el acceso a la información de todos los afganos de todas las maneras posibles”.
La organización recordó que en las últimas décadas “ha ayudado y participado en el desarrollo de un sector de medios de comunicación profesional, dinámico y diverso en Afganistán, que sigue demostrando un extraordinario compromiso con el público, incluso frente a la violencia y las amenazas”.
Ese trabajo incluyó asistencia en la formulación de nuevos marcos legislativos, contribución al desarrollo de los medios de comunicación comunitarios, mejora de la educación periodística, promoción de la igualdad de género en los medios de comunicación y fortalecimiento de la radiodifusión educativa.
Las organizaciones profesionales pidieron mantener la atención internacional sobre el trabajo de la prensa en Afganistán, y el CPJ solicitó al gobierno estadounidense que facilite el paso seguro fuera del país asiático y proporcione visas de emergencia a los comunicadores en peligro.
A-E/HM