Colombia: Marchas sin represión, retiro de reforma de salud y cambios en la Policía
Los organizadores de las masivas movilizaciones que se repiten en Colombia desde hace 22 días se anotaron algunos triunfos con la masividad de las protestas de hoy, la no intervención de las fuerzas de seguridad en las concentraciones, el archivo del proyecto de reforma de la salud en el Congreso y hasta el anuncio de las autoridades de una inminente reforma de la Policía Nacional que contempla formación de derechos humanos.
Buscados o no, todas las situaciones parecen englobar una decisión de parte del Gobierno de atender algunos de los reclamos contenidos en el pliego de demandas del Comité Nacional del Paro, que volvió a llenar hoy las calles de las principales ciudades y que mañana se sentará a la mesa con el Gobierno, en principio, con algunos de sus reclamos atendidos.
Además, el fiscal general, Francisco Barbosa, les entregó a delegados de la OEA y la ONU un informe con las investigaciones en marcha, que incluyen “el esclarecimiento de homicidios directamente relacionados con las manifestaciones” y las “lesiones personales y/o abuso de la Fuerza Pública a los ciudadanos”.
En total, 43 personas murieron en las últimas tres semanas, todos manifestantes con la excepción de un policía. Hoy, sin embargo, la situación durante el día fue de calma.
Barranquilla, Cali, Bogotá y Bucaramanga volvieron hoy a ser escenario de las mayores movilizaciones, que se repitieron, con formatos diversos, en otros municipios: cacerolazos, festivales, caminatas, actos culturales y escasos bloqueos de calles y rutas formaron parte de las modalidades de protesta.
Dos datos sumaron a la tranquilidad de la jornada: en Cali, epicentro de las mayores represiones de la policía, el alcalde Jorge Ospina dispuso que no desplegaría policías antidisturbios en las calles -lo mismo hizo la gobernación del departamento de Boyacá- y en Bogotá muchos ciudadanos abandonaron tempranamente la céntrica Plaza Bolívar cuando se supo que el Congreso había volteado la reforma sanitaria.
En tres horas de sesión, comisiones del Senado y de la Cámara de Representantes decidieron archivar la iniciativa que había sido presentada por aliados del Gobierno en julio de 2020 con el respaldo de 85 legisladores, y cuyo retiro reclamaba el Comité del Paro.
Así como el Gobierno del presidente Iván Duque había presentado la propuesta de reforma tributaria y la dio de baja casi de inmediato cuando se multiplicaban las movilizaciones, ahora propició dejar de lado la reforma de salud y trabajar en otro proyecto que, dice, contemplará los reclamos sectoriales, al punto que los legisladores oficialistas votaron en bloque archivar el actual proyecto.
Otro logro del estado de ebullición puede anotarse en el rubro Policía Nacional: el titular de la fuerza, Jorge Luis Vargas, anunció la presentación ante el Congreso de un proyecto de “reforma” de la fuerza, “con el apoyo de un grupo de congresistas”, iniciativa sustentada en cuatro ejes.
“La Policía Nacional sí se va a reformar”, remarcó Vargas al diario El Tiempo y detalló que entre las modificaciones impulsadas está el fortalecimiento de los derechos humanos, con nuevas reglas y exigencias dentro del Estatuto de carrera.
“Es decir, que para poder seguir como policías deben estar certificados en derechos humanos y cumplir las reglas que señalan el proyecto”, aseguró el oficial, que habló de “estándares muy altos” en el tema, y un sistema de control qué “le permitirán conocer al ciudadano cómo actúa un Policía”.
El nuevo organigrama incluirá una suerte de veedor, independiente de la fuerza, para verificar el cumplimiento de las directrices en materia de derechos humanos.
Sin embargo, estas concesiones están lejos del compromiso que reclaman los manifestantes de verdad y justicia por cada uno de los manifestantes muertos en estas semanas.
Otro gesto del Gobierno pareció apuntar al exterior: ante las expresiones de preocupación de parte de la OEA y la ONU -además de Estados Unidos y la Unión Europea- el fiscal Barbosa se reunió con representantes de las organizaciones regional y mundial para detallarle las líneas investigativas que mantiene y que contemplan los abusos y excesos de las fuerzas de seguridad.
“Mecanismo de Búsqueda Urgente (MBU) para la ubicación de personas” y la “aplicación de la perspectiva de género en la investigación de las agresiones sexuales cometidas en el marco de la protesta” aparecen en el informe, junto a los “homicidios directamente relacionados con las manifestaciones”.
El cuadro constituye un avance al menos para la nueva reunión que Gobierno y organizaciones tendrán mañana, después de dos conversaciones en las que ni siquiera hubo un mínimo punto de acuerdo.
De fondo estarán las movilizaciones de hoy, tercera jornada nacional formalmente convocada -aunque hubo marchas prácticamente todos los días-, que mostraron que la protesta todavía resiste lo que podría considerarse un lógico desgaste después de tantos días en las calles.
En Barranquilla hubo un festival musical por un lado y una marcha hacia el Paseo Bolívar, por el otro. En Bogotá, en tanto, las protestas se dispersaron por varios puntos, aunque varias columnas confluyeron en la Plaza Bolívar, la principal de la capital frente a la sede del Congreso y del Poder Judicial y a metros del palacio de Nariño.
Obviamente, las concentraciones afectaron el TransMilenio, el servicio de transporte capitalino, y la alcaldía pidió a los ciudadanos que regresen a sus hogares antes de las 16 (las 18 de Argentina).
En Medellín, dos inmensas columnas caminaron hacia el Parque de los Deseos y en Bucaramanga miles de personas unieron el sector de la Puerta del Sol y la plaza cívica Luis Carlos Galán. Hubo varios bloqueos en la ciudad.
Sí hubo algunos choques entre policías y manifestantes en Buenaventura, la tercera ciudad más poblada del departamento del Cauca, donde los agentes reprimieron con gases lacrimógenos y se denunciaron saqueos.
En tanto, la Conmebol, que rige el fútbol sudamericano, dispuso que el partido entre Junior e Independiente de Santa Fe, que debía jugarse en Barranquilla, por la Copa Liberadores, se mude a Ambato, Ecuador, después de varios encuentros en los que esa ciudad costera y en Pereira en los que hubo enfrentamientos en los alrededores de los estadios.