Ciencia y Tecnología

Protocolo mejora extracción de ADN de restos óseos

A partir de cuatro muestras de hueso diferentes –una de Austria, de 30 años de antigüedad, dos de huesos medievales (entre 800 y 1.500 años) hallados en la excavación de un sitio arqueológico en ese mismo país, y una de hace 2.000 años proveniente de Sogamoso (Colombia)– se elaboró un protocolo probado con éxito para extraer ADN de calidad.

BOGOTÁ D. C., 19 de marzo de 2021 — Agencia de Noticias UN-

Recuperar buena cantidad de ADN favorece, por ejemplo, la identificación forense en casos en los que estén involucrados restos óseos, sobre todo en la búsqueda de personas desaparecidas, en las que Colombia tiene uno de los mayores índices de desaparición forzada.

“En genética forense un protocolo comprende los diferentes pasos que se siguen en laboratorio para obtener muestras, en este caso de ADN; incluye los reactivos y los equipos que se utilizan para dicho fin”, explica la bacterióloga Lilián Andrea Casas, magíster en Genética Humana y doctora en Ciencias – Biología, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien trabaja en el Grupo de Genética de Poblaciones e Identificación, del Instituto de Genética de la Universidad.

El protocolo fue creado y probado en el Instituto de Medicina Legal de la Universidad Médica de Innsbruck (Austria) por un equipo interdisciplinario de científicos –liderado por el reconocido especialista forense Walther Parson–, del cual formó parte doctora Casas.

La experta explica que “la sangre es la muestra biológica más conocida, pues en ella hay células, y estas contienen el ADN, que para obtenerlo en estado puro se debe limpiar con reactivos químicos que le retiran proteínas, líquidos y otros compuestos adicionales”.

Pero los restos óseos son las muestras más difíciles para extraer material genético, ya que cuando el cuerpo muere hay transformaciones biológicas que provocan degradación interna del ADN, es decir que se parte o fragmenta.

Al respecto, señala que “esto impide que al momento de hacer una tipificación en el laboratorio se realice adecuadamente la amplificación de un gen”.

Otros factores que afectan el ADN de los restos óseos son las diferentes temperaturas del suelo y el tiempo, “no es lo mismo trabajar con restos óseos de un lapso de 10 o 30 años que con unos de hace 2.000 años”, amplía.

“Por eso es importante desarrollar protocolos para extraer ADN de calidad. Por ejemplo, cuando necesitamos realizar un proceso de filiación a partir de restos óseos de fosas comunes, si las muestras que obtenemos se encuentran en muy mal estado, y además no tenemos un buen proceso de extracción, vamos a obtener un perfil bajo, que se relaciona con los casos inconclusos, y es nuestro principal problema frecuente en Colombia”.

¿Cómo se hizo?

En el experimento se utilizaron cuatro muestras de hueso diferentes: una de Austria, de 30 años de antigüedad, utilizada con fines didácticos; dos de huesos medievales (entre 800 y 1.500 años) hallados en la excavación de un sitio arqueológico en Volders, en ese mismo país; y una de hace 2.000 años proveniente de un sitio arqueológico en Sogamoso (Colombia).

Primero, las muestras se limpiaron con un bisturí para eliminar los desechos de la superficie y se cortaron en pequeños trozos. Luego pasaron por un proceso químico mediante una serie de lavados con hipoclorito de sodio –conocido popularmente como cloro–, agua y etanol agitados a 300 rpm durante 15-20 min.

Las piezas se secaron y se pulverizaron, el polvo resultante se separó en partes iguales (alícuotas) de 500, 100 y 50 mg y se sometieron a los dos métodos de extracción: Loreille y Dabney. Todas se analizaron por triplicado para cada uno de estos métodos.

Al realizar amplificaciones para genoma completo mitocondrial y marcadores autosómicos tipo STR (Short Tandem Repeats) y SNP (Single Nucleotide Polymorphisms) mejoró el rendimiento del método de extracción Dabney, en el cual, en todas las muestras analizadas con diferentes antigüedades, se obtuvieron mejores resultados de secuenciación recuperando fragmentos de ADN más cortos.

La doctora Casas afirma que “son los tipos de ADN que normalmente encontramos en estas muestras. Además otra ventaja es la baja cantidad de material que se necesita para analizar solo 50 mg de muestra”.

Es importante anotar que los STR son los marcadores genéticos más clásicos y comúnmente utilizados; y los SNP –polimorfismos de nucleótido único– son la forma más sencilla de polimorfismo genético, ya que consisten en el cambio de un solo nucleótido en el contexto de una secuencia genética; su análisis ayuda a determinar si una persona procede o no de un determinado origen geográfico y comparar esta información con la de las otras personas.

Los resultados del estudio se presentaron en el artículo “Evaluación de métodos de extracción de ADN desarrollados para forenses y aplicaciones de ADN antiguo utilizando muestras óseas de diferente edad”, en la edición de enero de la revista Genes.

(Por: fin/DMH/MLA/LOF)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *