¿A qué edad permitir a los hijos tener su propio teléfono móvil?
Por Bernadette Winter (dpa)
Después de mucho discutirlo se decide permitir a los hijos tener un teléfono móvil propio. Pero, ¿es apropiado entregarles un dispositivo nuevo?, ¿qué ajustes son importantes a la hora de navegar y chatear con seguridad?
Según Annabelle Jüppner del Instituto para la Pedagogía de Medios con sede en Múnich, el primer móvil propio de un niño o joven debería ser sencillo y carecer de conexión a Internet para que aprenda a utilizar poco a poco las diferentes funciones y ajustes que ofrece el dispositivo.
“Sería bueno comenzar solo con llamadas y mensajes de texto, aunque habrá muchos niños que se quejen porque no les parezca suficiente”, corrobora Iren Schulz, quien trabaja como asesora de medios en “Schau hin”, entidad que asesora a los padres sobre cómo educar a sus hijos en relación a los medios digitales.
Por su parte, Blasius Kawalkowski de la revista en línea “inside-digital.de”, desaconseja los teléfonos diseñados exclusivamente para niños. “Apenas tienen funciones y dejan de ser interesantes enseguida”.
Qué tener en cuenta
La iniciativa europea Klicksafe proporciona orientación para el correcto uso de los medios digitales y ofrece una lista de comprobación o “check list” para ayudar a los padres a la hora de decidir si su hijo está preparado para tener un teléfono móvil propio.
En caso afirmativo, que el primer teléfono de los niños sea un antiguo móvil de los padres o un dispositivo económico es lo más razonable, asegura Kawalkowski.
También Iren Schulz desaconseja que el primer móvil sea un smartphone de última generación. Argumenta que además de ser demasiado caro, esos dispositivos tienen demasiadas opciones y funciones.
A juicio de la experta, es importante que los niños se adentren paso a paso en el mundo digital.
Por otro lado, en caso de que se trate de un modelo demasiado antiguo se corre el riesgo de que dejen de ofrecerse actualizaciones de software para el mismo. Si deja de ser útil, los niños perderán interés en él y será más fácil que lo pierdan o dejen olvidado en el autobús.
Tanto Annabelle Jüppner como Blasius Kawalkowski aconsejan que la elección se haga en función de las necesidades del niño y que se le implique en la toma de decisión del modelo a elegir.
Las necesidades varían según la edad del niño. Los padres tienen que preguntarse si es importante o no que el móvil tenga cámara de fotos, si lo prioritario es el acceso a juegos, a las aplicaciones, a la música o a los medios sociales.
En función de todo ello podrán decidir aspectos como el tamaño de la pantalla y la capacidad de almacenamiento del terminal.
Carcasas resistentes
Jüpper aconseja comenzar con modelos estables, es decir dispositivos móviles con un marco de metal o la parte de atrás de goma. Los modelos con pantalla de 3,5 a 5,7 pulgadas son más fáciles de manejar para las manos de tamaño infantil.
Según los expertos, las carcasas robustas y resistentes a los golpes así como los protectores de pantalla son los accesorios más útiles. También recomiendan auriculares infantiles que limiten el volumen del audio.
Los límites y normas de uso del móvil dependerán de la edad, el desarrollo y las habilidades de cada niño, añaden.
Además, recomiendan bloquear la función de compra de aplicaciones mediante contraseña. Las tarjetas pre pago o las tarifas con límites de gasto pueden ser utilizadas al principio para controlar el comportamiento y el uso que los menores hacen de los dispositivos.
Los ajustes de seguridad y control parental pueden ser activados en todos los teléfonos inteligentes.
Consensuar la configuración
Sin embargo, dice Jüppner, los numerosos ajustes y configuraciones posibles no reemplazan la atención directa de los padres, quien aconseja mantener intercambio de pareceres con los hijos para que no les de la sensación de que se les quiere prohibir todo.
“No se debe de intervenir demasiado en la esfera privada de los jóvenes”, indica Jüppner. Los progenitores deben intentar siempre mantener la comunicación con sus hijos y estar disponibles para responder a sus preguntas e inseguridades.
Los iPhones ofrecen la posibilidad de establecer restricciones de tiempo al uso del móvil mediante códigos personalizados. En los Android también se puede activar esta opción presionando “Bienestar digital” y seleccionando la opción “Ajustes de control parental”.
Schulz recomienda limitar el uso del móvil a un máximo de 30 minutos diarios para niños de hasta cinco años y a una hora al día para menores con edades comprendidas entre seis y nueve años.
La experta señala que a partir de los diez años puede acordarse con los niños el número de horas semanales en las que pueden utilizar el móvil.
dpa