Cultura

Tikunas no conjugan verbos para referirse al pasado

Contrario a lo que ocurre con el español y otras lenguas de los países occidentales, en las que se conjugan los verbos para expresar el tiempo, en la tikuna se formula el pasado y el futuro mediante los demostrativos (ese, esa, aquel, aquella) o los sustantivos.

En esta lengua indígena, hablada por unas 40 mil personas en la zona fronteriza entre Brasil, Perú y Colombia, se usa una especie de artículo, el “ga”, para indicar la idea de pasado. Entonces, una expresión que sería “hacer yo ga-canoa” equivaldría a decir “hice una canoa”.

Dicha tendencia, descrita por la profesora María Emilia Montes, del Departamento de Lingüística de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), en el marco del Congreso Internacional de Lingüística y Filología (que se realiza en la Institución), también se aplica para los demostrativos. Entonces “hacer él ga-esa canoa” correspondería a “él hizo esa canoa”.

Para el futuro existe la partícula “ta”, la cual sí se adjunta al verbo, pero más que conjugar, su tarea es expresar la idea de un proyecto o de algo que se piensa hacer pronto, explica la profesora Montes. Volviendo con el ejemplo, “ta-hacer canoa”, daría a entender que alguien está planeando diseñar una canoa.

Este es un rasgo que el tikuna comparte con lenguas de las familias Caribe, Arawak y Tupí, correspondiente a grupos indígenas ubicados en la gran región amazónica.

La profesora Montes explica que también es una tendencia similar a la que se da en el guaraní paraguayo, en el cual el pasado se formula con la partícula “kue” y el futuro con “rã”.

Se trata de una norma gramatical que difiere por completo de lenguas occidentales como el español, francés, italiano, portugués, inglés o alemán, entre otras, en las cuales la idea del tiempo se da a entender mediante la conjugación de los verbos.

Lo que hacen los tikunas es como si en español se usaran prefijos para referirse al pasado o al futuro, por ejemplo si se dijera “mi exesposa” con el fin de referirse al pasado.

Amplio trabajo de campo

La profesora Montes trabaja hace cerca de 30 años en la descripción de las lenguas indígenas. Recientemente publicó una investigación sobre el uso de los adjetivos en el tikuna (mayor información en: agenciadenoticias.unal.edu.co/detalle/article/en-la-lengua-tikuna-no-caben-los-adjetivos.html).

En su estudio observó que este grupo indígena describe las cosas mediante los verbos. Si se aproximara al español, en tikuna se diría “mi zapato que negrea” para decir “mi zapato es negro”; “la novia que bonitea”, para decir que “la novia es bonita”, o “mi primo que chiquitea” para decir “mi primo es chiquito”.

En suma, se trata de un trabajo investigativo que implica una fuerte presencia en campo, por lo que la profesora Montes ha convivido con familias indígenas, ha observado cómo se comunican, qué expresiones usan… De igual manera ha aplicado encuestas para descubrir cómo se dicen frases básicas como “yo como pescado” o “él se cayó”.

Este trabajo, que también se apoya en la recopilación de manuscritos, ha contado con la ayuda de intérpretes bilingües.

“La gramática de las lenguas indígenas le ha dado golpes certeros a la teoría universal sobre cómo deben ser las lenguas y las disposiciones gramaticales. Con ella se demuestra que puede haber otras maneras de pensar, de comunicarse”, comenta la investigadora.

Ante todo se trata de una línea de investigación que ha venido involucrando otras áreas como la antropología, arqueología, biología y genética. Mediante el estudio de las lenguas se podría determinar qué tan antiguos son los pueblos, por dónde llegaron a América, en este caso, y luego a sus respectivos territorios, concluye la profesora Montes.

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