La columna de AlfredoOpinón

Neo Tratados: ¿Integración o Desintegración Económica?

Se les reconoce por siglas: TPP, TTIP, SICA, CETA,TISA, etc. Se trata de acuerdos entre países. Ajustando “Aranceles” (impuesto a las importaciones), como el Derecho de Aduana, para crear condiciones que faciliten el comercio entre los países signatarios. Además se  incluyen otros temas, más importantes, como por ejemplo: la circulación de capital transnacional, utilización de servicios, etc.. El “Neo Tratado”, al establecer nuevos aspectos económico-financieros, requiere  ajustes de naturaleza jurídica, para permitir que opere ese nuevo funcionamiento, sin conflicto con la legislación local.    

La elaboración previa se da con la participación exclusiva de los Gobiernos . Pero sin consultas a  la sociedad. Eso le da el peligro de que en el futuro ante cambios de gobernantes, pueden introducirse alteraciones (o rechazos) a las propuestas que se formulen. La elaboración del documento final es larga, lleva varios años.

Alfredo Oliveros. Egresado como Contador Público de: Universidad de la Rep. del Uruguay y Universidad de Buenos Aires (Argentina). Master en Economía Internacional de la Universidad de Belgrano (Argentina). Docente en Economía en distintas Universidades de América Latina. Contratado como asesor por distintos Gobiernos de América y asesor de distintos programas del BID (Banco Interamericano de Desarrollo)

 El tema, pareciera estar del punto vista dogmático, entre “libre comercio” o “comercio controlado” Pero, sin medir  que en cada país,  hay partes que pueden recibir –directa o indirectamente- los efectos de este tipo de emprendimiento. Se trata de: consumidores,  productores y trabajadores, afectados por el comercio del cual se ocupe el Tratado.

Los consumidores aceptarán, por lo que les facilite recibir “mejor y más económico”. Los productores deberán actuar en función de las variaciones (positivas o negativas) demandadas para sus capacidades de producción y cantidad de productos. Los trabajadores podrán verse afectados, no solamente en su cantidad ocupacional, sino en necesidad de  adaptaciones de sus competencias (capacidades), por variaciones tecnológicas que deban requerirse. Con lo que hay costos y beneficios en productores y trabajadores, que deben considerarse. Pueden estar en juego: el futuro cierre de empresas  y pérdida de empleos. O peor aún, sustitución de tradiciones.

Como simple referencia mencionaremos dos de los “Tratados “-en trámite-: CETA (“Comprehensive and Trade Agreement”) y el TISA ( Trade in Services Arrangement)).

El CETA es el Acuerdo entre Canadá y la Unión Europea (UE), recientemente aprobado por el Parlamento Europeo y quedando sujeto a la aprobación de los Parlamentos nacionales .A través de sus ¡2000 páginas!  busca actuar en los siguientes aspectos: supresión de derechos de aduana, facilitación en las adquisiciones públicas canadienses para empresas europeas, uniformar normas en trámites comerciales,  etc. etc.

El TISA o ACS (Acuerdo sobre el comercio de servicios), es un acuerdo para liberalizar el comercio de servicios. Hasta fines del 2016 se han mantenido 21 rondas de negociaciones. El objetivo es: abrir los mercados y mejorar las normas en materia de: concesión de licencias, servicios financieros, telecomunicaciones, comercio electrónico, transporte marítimo y desplazamiento temporal de trabajadores para la prestación de servicios. En las negociaciones participan 23 miembros de la OMC. Como: Australia, Canadá, Chile, Colombia, USA, Japón, Israel, Noruega, Panamá, Comisión  Europea en nombre de la UE. etc.    hina ha solicitado su inclusión. No tiene respuesta aún.

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