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Guapi quiere ser ecodestino, más allá del paso a Gorgona

Mediante un proyecto ecoturístico que involucre a la comunidad de este municipio del Cauca, localizado en el Litoral Pacífico, se aspira a que las visitas no se limiten al Parque Nacional Natural Gorgona.

Los turistas podrían conocer diferentes atractivos del lugar, como las playas marítimas Blanca y Obregones; las playas fluviales de los ríos San Francisco y Guapi, además de las cascadas de este último. Así mismo, desde los senderos ecológicos de los cerros Plateado, Las Vacas, Napi y Timbiquí se llevaría a cabo una labor pedagógica sobre la importancia del cuidado del agua.

Con estas actividades se verían beneficiados no solo los pescadores, guías turísticos y lancheros, sino que también se convertirían en una oportunidad para conocer y preservar tradiciones culturales como la marimba de chonta o las balsadas –desfile de carrozas flotantes en el río Guapi realizado en diciembre– además de los saberes ancestrales como los de las mujeres piangüeras, expertas en la preparación de la piangua, molusco similar a la ostra que vive adherido al mangle.

Otro sector beneficiado sería el hotelero: actualmente en el casco urbano hay cinco hoteles que se podrían modernizar; además, la propuesta estipula crear una red de 150 posadas en el área rural, con el objetivo de “vincular laboralmente a un 60 % de la población campesina en un plazo de seis años”, explica Sergio Burgos, ingeniero ambiental de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.).

En su opinión, después de establecer un puente con las autoridades locales, “este proyecto se puede desarrollar con ayuda de entidades como Parques Nacionales Naturales de Colombia; el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo; el Fondo Nacional de Turismo (Fontur); el Departamento Nacional de Planeación o el Sena. La meta es competirle a la ilegalidad con alternativas sostenibles y confiables”.

Estrategia contra minería ilegal

El primer paso del proyecto “Guapi, joya ecoturística del Pacífico Sur” contempla además la intervención del territorio de este municipio afectado por actividades ilegales, que se calcula en unas 1.000 hectáreas.

Al respecto, un grupo de estudiantes de la Maestría en Ordenamiento Urbano-regional de la U.N. –integrado por Alexandra Puyo, Lina Silva, Yinneth Alpalá, Sergio Burgos, Rafael Peña y Jorge Ángel– identificó 100 puntos afectados por actividades como la minería ilegal.

Esta labor provoca, entre otras cosas, la pérdida de la biodiversidad, la contaminación y el desvío del cauce natural de los ríos que nacen en el Complejo de Páramos Distrito Duende-Cerro Plateado, que se encuentra a 3.600 msnm.

Después de evaluar el daño, los académicos recomiendan reforestar el lugar para proteger 25 especies endémicas de palma, manglares, aves, anfibios, peces y la piangua, que juega un papel fundamental en el equilibrio de dicho ecosistema y con el que se prepara un plato de la cultura gastronómica de la región.

Los investigadores consideran que promoviendo el diálogo y la concientización de las personas dedicadas a la minería ilegal se podrían recuperar estos terrenos para que toda la atención se centre en potenciar el ecoturismo, algo que, aseguran, puede generar más ingresos, preservar el medioambiente y la cultura, además de favorecer muchos sectores sociales.

Esta iniciativa fue presentada en el marco del II Seminario Internacional de Ordenamiento y Proyecto Territorial, organizado por la Maestría en Ordenamiento Urbano-regional de la Facultad de Artes de la U.N. Sede Bogotá.

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