La ONU preocupada por que los talibanes prohibieran a sus empleadas afganas trabajar
La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán recordó a las “autoridades de facto” afganas que las “entidades de las Naciones Unidas no pueden operar ni brindar asistencia vital sin personal femenino”
Por: Daniel Gallego – Anadolu
La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA, por sus siglas en inglés) expresó este miércoles su “grave preocupación” por el hecho de que el Gobierno interino de los talibanes prohibiera al personal femenino nacional de la ONU que se presentara a trabajar en la provincia de Nangarhar.
A través de su perfil oficial en Twitter, la misión recordó a las “autoridades de facto” que las “entidades de las Naciones Unidas no pueden operar ni brindar asistencia vital sin personal femenino”.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó “enérgicamente” que los talibanes prohibieran a sus “colegas afganas” trabajar Nangarhar.
A través de su perfil oficial en Twitter, Guterres señaló que, “si esta medida no se revierte, inevitablemente socavará nuestra capacidad de brindar ayuda vital a las personas que la necesitan”.
Talibán y los derechos de las mujeres
La prohibición se produjo menos de tres meses después de que tres importantes agencias de ayuda internacional, CARE, Save the Children y el Comité Internacional de Rescate (IRC), anunciaran en enero que reanudarían parcialmente sus actividades en Afganistán luego de que la administración talibán asegurara que permitiría trabajar a mujeres.
Estas agencias suspendieron sus operaciones en diciembre del año pasado después de que los talibanes prohibieran a las mujeres trabajar en organizaciones de ayuda locales e internacionales.
El regreso de los talibanes al poder, seguido de la interrupción de la asistencia financiera internacional, ha dejado al país, ya de por si devastado por la guerra, en una crisis económica, humanitaria y de derechos humanos.
Las mujeres y las niñas afganas se han visto privadas de sus derechos, incluido el derecho a la educación, y han desaparecido de la vida pública.
Desde entonces, miles de mujeres han perdido sus empleos o se han visto obligadas a renunciar a sus puestos en instituciones gubernamentales y en el sector privado, mientras que a las niñas se les ha impedido asistir a las escuelas intermedias y secundarias.
Muchas mujeres han exigido el restablecimiento de sus derechos manifestándose públicamente y organizando campañas.