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Impre-S.O.S: Murphy sonríe en silencio

¿Alguna vez te has preguntado por qué las cosas siempre salen mal cuando más necesitas que todo funcione? ¿Por qué el “universo” parece conspirar en tu contra cuando tienes una fecha límite de entrega? ¿Por qué las impresoras son tan caprichosas y malvadas? ¡Ah, la ley de Murphy! Esa regla no escrita que asegura que si algo puede salir mal, definitivamente lo hará. Y si hay un campo donde esta ley se manifiesta con crueldad extrema, es en la impresión de trabajos e informes urgentes y finales ¿No te ha sucedido? Después de días, semanas o incluso meses de dedicación al documento, lo has revisado infinidad de veces, guardándolo en todas las formas posibles y en diferentes dispositivos, y justo cuando llega el momento de imprimirlo ¡pum!, la impresora se niega a cooperar. Se queda sin tinta, el papel se atasca, se desconecta del computador, se apaga sin motivo aparente… Cualquier cosa que pueda salir mal, saldrá mal.

Pero, ¿por qué ocurre esto? ¿Acaso las impresoras tienen vida propia y disfrutan haciéndonos sufrir?  ¿Son sensibles a nuestras emociones y detectan el miedo en nuestros ojos? La respuesta es sí, bueno, no exactamente, pero casi. Resulta que las impresoras son máquinas sumamente complejas y delicadas, que dependen de muchos factores para funcionar correctamente. Y cuando estamos nerviosos o estresados por entregar un documento, tendemos a cometer errores que afectan el rendimiento de la impresora. Por ejemplo:

  • No revisamos el nivel de tinta ni el estado del papel antes de imprimir. Y claro, eso nos deja sin recursos justo en el momento más oportuno, como siempre.
  • Elegimos el formato equivocado para el documento. Esto puede hacer que la impresora no reconozca el archivo o que lo imprima de forma incorrecta.
  • No configuramos correctamente la impresora, lo que puede ocasionar problemas de conexión, calidad o velocidad.
  • No tenemos en cuenta el tiempo que tarda la impresora en imprimir. Nos ponemos nerviosos y forzamos la máquina o simplemente nos quedamos sin tiempo para entregar el trabajo.

Todos estos errores podrían evitarse si seguimos las anteriores sencillas pautas al imprimir nuestros documentos urgentes y finales. Pero hay algo más que podemos hacer para evitar la maldición de la ley de Murphy: aparentar estar relajados. ¡Sí, has leído bien! Aparentar estar relajados es una forma de engañar a la impresora y hacerle creer que no nos importa lo que haga. Así, la impresora no sentirá la necesidad de fastidiarnos la existencia y se comportará juiciosamente.

¿Cómo aparentar estar relajados? Aquí van algunos consejos:

  • Respira profundamente y sonríe. Después de todo, ¿qué hay más relajante que una buena dosis de oxígeno y una sonrisa fingida? Esto te ayudará a calmarte y a transmitir una sensación de confianza.
  • No mires fijamente a la impresora ni le hables. Esto puede hacer que se sienta intimidada o desafiada y reaccione de forma negativa. ¿No? Aunque, quién sabe, tal vez una charla amistosa con una impresora resulte terapéutica.
  • Coloca música (ni se te ocurra reguetón) para que la impresora esté alegre y de paso tu te relajas y despejas la mente.
  • No toques la impresora ni intentes arreglarla si se atasca. Ah, claro, porque seguro que, con tus habilidades mágicas y tu toque místico, podrás solucionar cualquier problema técnico en un abrir y cerrar de ojos. ¿Por qué no mejor esperas a que un técnico la arregle? Ahorras tiempo y estrés.
  • Ten un plan B por si acaso. Porque siempre es divertido tener un plan de emergencia para cuando todo falle, ¿verdad? A quién no le encanta la adrenalina del “todo a última hora”.

Siguiendo estos consejos (o no, tú eliges), podrás imprimir tus documentos finales sin mayores problemas y desafiar a la ley de Murphy. Recuerda: las impresoras pueden percibir el miedo, así que asegúrate de no mostrarles ni una pizca de temor. ¡Buena suerte, la necesitarás!

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