El IPCC de la ONU: Cualquier esperanza de limitar el calentamiento global a 1,5°C requiere de acción inmediata
El nuevo presidente del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático señala que los hallazgos en el último informe del IPCC indican que este umbral podría cruzarse a principios de la década de 2030.
Por: Nuran Erkul Kaya – Anadolu
El nuevo presidente del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, el científico escocés Jim Skea, afirma que es el turno de los gobiernos de utilizar la tecnología, los métodos y los fondos que el mundo ahora posee para limitar el calentamiento global.
En una entrevista con la Agencia Anadolu (AA), Skea explica que quiere centrar los esfuerzos del panel en las acciones que se pueden tomar de inmediato para limitar el calentamiento global en esta década, lo que será fundamental para frenar sus efectos posiblemente catastróficos.
“Los informes del IPCC sobre impactos, adaptación y mitigación han enviado señales muy claras sobre cuáles son las posibilidades (de acción). En este punto, les toca a los gobiernos”, dice Skea, instando a las autoridades de todo el mundo a moverse. “Si tenemos alguna esperanza de limitar el calentamiento a 1,5°C, se necesita una acción inmediata de mitigación”, agrega.
Skea señala que los hallazgos en el último informe del IPCC indican que este umbral podría cruzarse a principios de la década de 2030 e indica que esto se basaba en el calentamiento promedio a largo plazo, con aumentos de temperatura que posiblemente excedan los 1,5°C en años individuales incluso antes de ese momento, aunque solo temporalmente.
“Cuando el IPCC habla sobre el nivel de calentamiento, en realidad se trata de promedios durante 20 años. Por lo tanto, puede ser diferente del nivel de calentamiento que vemos en cualquier año”, dice Skea.
Hasta ahora, el planeta se ha calentado alrededor de 1,1°C desde la era preindustrial debido a las actividades humanas, incluida la quema de combustibles fósiles y el uso de la tierra no sostenibles, según el sexto informe de síntesis del IPCC, publicado a principios de este año para concluir su ciclo anterior de evaluaciones
Mantener el calentamiento por debajo de 1,5°C requerirá recortes rápidos y sostenidos de las emisiones de gases de efecto invernadero en todos los sectores, reduciendo casi la mitad del nivel actual para 2030, añade Skea.
“En el último informe del IPCC, dijimos que las reservas serían incombustibles si limitáramos el calentamiento a 1,5°C o incluso a 2°C. Por ejemplo, el 30% de las reservas de petróleo actuales tendrían que permanecer bajo tierra si fuéramos a limitar el calentamiento a 2°C”, recuerda Skea.
“Si se aprueban más y más reservas de petróleo y gas, lo que significará es que los gobiernos enfrentarán decisiones más difíciles en el futuro sobre si dejar algunas de estas en el suelo o si cumplir con los objetivos del Acuerdo de París”, dice Skea en referencia al acuerdo climático de 2015 que consagra el límite de 1,5°C.
Sin opinar sobre las acciones de las políticas gubernamentales individuales, Skea advierte que cuantas más reservas de petróleo y gas se extraigan ahora, por el motivo que sea, “significaría que más tendrían que permanecer bajo tierra si se quieren cumplir los objetivos del Acuerdo de París”.
“Es una opción para los políticos. Claro, puede aprobar nuevas reservas de petróleo y gas, pero deja una opción para el futuro en cuanto a lo que realmente sucede con estas reservas”, avisa Skea.
El científico también dice que mientras continúa el trabajo para mitigar los impactos de la humanidad en el clima, los últimos eventos extremos han hecho que la adaptación a las consecuencias del calentamiento sea más prominente en la agenda global.
“Los científicos en realidad han estado prediciendo que vamos a ver este tipo de eventos que hemos estado viendo este verano en el hemisferio norte, y cada vez más en el hemisferio sur también”, comenta Skea.
“Creo que lo que ha sido un poco inesperado es lo rápido que nos han llegado estas cosas. Probablemente esa sea la sorpresa. No es de extrañar que en algún momento íbamos a ver este tipo de situaciones, pero ha llegado más rápido, quizás, de lo que todos esperábamos”, lamenta Skea.
Según Skea, algunos de estos impactos irán más allá de la capacidad del mundo para adaptarse a medida que surjan los llamados “riesgos residuales” en el futuro.
Al subrayar la necesidad de medidas de adaptación a nivel nacional o de la ciudad, Skea admite que los recursos, las capacidades y la financiación siguen siendo una cuestión importante.
“Las brechas de inversión para la adaptación son mucho mayores que para la mitigación y es mucho más desafiante porque, en cierto modo, la adaptación es un bien público”, y hacer que el dinero privado se mueva para bienes públicos es mucho más difícil para la adaptación, recalca Skea.
*Traducido por Daniel Gallego.