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Investigación determina que junta militar de Myanmar utiliza los cadáveres para atemorizar a la población

El análisis de Associated Press y HRC identificó más de 130 casos en los que las fuerzas de seguridad parecían utilizar cadáveres y cuerpos de los heridos para crear ansiedad, incertidumbre e infundir miedo en la población civil.

Por: Daniel Gallego Roszko

Un análisis de la agencia de noticias Associated Press (AP) y el Laboratorio de Investigaciones del Centro de Derechos Humanos de la Universidad de California (HRC) determinó que los cuerpos de las personas agredidas indiscriminadamente por la Policía y el Ejército de Myanmar se utilizan como herramientas de terror.

Las conclusiones se basan en más de 2.000 trinos e imágenes en las redes sociales, además de entrevistas con familiares, relatos de testigos e informes de los medios locales.

AP y HRC identificaron más de 130 casos en los que las fuerzas de seguridad parecían estar utilizando cadáveres y los cuerpos de los heridos para crear ansiedad, incertidumbre e infundir miedo en la población civil.

Más de dos tercios de los casos analizados fueron confirmados o categorizados de moderada o alta credibilidad y, a menudo, implicaron rastrear la fuente original del contenido o entrevistar a observadores.

Como ejemplo, la investigación pone el asesinato de Kyaw Min Latt, un joven de 17 años de edad, por miembros de las fuerzas de seguridad mientras se desplazaba en motocicleta con dos amigos más quienes lograron huir.

Kyaw cayó en el suelo adolorido hasta que un grupo de agentes lo “agarraron y arrojaron su cuerpo inerte a la parte trasera de un camión antes de abandonar el lugar”. El incidente duró poco más de un minuto y fue capturado por una cámara de circuito cerrado de televisión (CCTV).

Las imágenes son parte de numerosas fotografías y videos compartidos en las redes sociales que están ayudando a exponer una brutal represión llevada a cabo por la junta militar desde que el 1 de febrero se hizo con el control de la nación del sudeste asiático.

Durante dos meses, el HRC examinó varias horas de imágenes publicadas en las redes sociales que muestran cadáveres en las calles arrastrados como sacos de arroz antes de ser arrojados dentro de vehículos para ser llevados a destinos desconocidos.

Algunas personas han desaparecido o han sido detenidas un día y devueltas muertas al día siguiente, mientras que sus cadáveres han sido mutilados y muestran signos de tortura, según confirmaron testigos a AP.

Las autopsias se han llevado a cabo sin el consentimiento de los familiares, mientras que algunos certificados de defunción apuntan a ataques cardíacos o caídas después de ataques violentos como la causa de la muerte, contradiciendo los relatos de testigos e imágenes capturadas por manifestantes, periodistas o residentes, incluidos algunos que han estado grabando incidentes con teléfonos móviles a través de ventanas o desde tejados.

Según Nick Cheesman, investigador de la Universidad Nacional de Australia y especializado en la política jurídica y policial de Myanmar, asegura que los incidentes, incluidos aquellos de niños asesinados a bala mientras jugaban fuera de sus hogares, se producen deliberada y sistemáticamente, aunque puedan parecer aleatorios y no provocados, con el objetivo de desmovilizar a las personas y desgastarlas.

“Eso es exactamente la característica del terror de Estado”, agregó Cheesman.

Por su parte, Van Tran, un investigador de la Universidad de Cornell, quien estudió los sangrientos levantamientos de 1988 y 2007 en Myanmar, afirma que “siempre fue la estrategia de los militares ocultar la represión masiva y el asesinato masivo de los manifestantes”.

“Siempre hay operaciones a gran escala para incinerar los cuerpos de las personas que fueron abatidas, derribadas o para enterrar sus cuerpos. Por eso, muchas veces las familias no saben dónde están sus hijos”, explicó Van.

*Traducido por Daniel Gallego.

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