ANÁLISIS: Lo que hay detrás de la llamada entre Biden y Duque
La conversación entre los presidentes de Estados Unidos y de Colombia revela mucho más que el anuncio de las 2,5 millones de dosis donadas por Washington.
Por: Daniela Mendoza / Anadolu
Este lunes el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sostuvo una llamada telefónica con su homólogo colombiano, Iván Duque, en lo que sería la primera comunicación directa entre los mandatarios desde que Biden asumió su cargo en enero de este año.
Al terminar la llamada, las partes destacaron que Estados Unidos donaría a Colombia 2,5 millones de dosis de vacunas para combatir la enfermedad de la COVID-19, pero este fue solo uno de los puntos que tocaron los líderes y socios estratégicos.
En la conversación también se habló de la reactivación de la economía, generación de empleo, seguridad y otros temas que son conocidos por estar presentes en la agenda de Biden: derechos humanos y cambio climático.
Pero las razones de fondo que hicieron posible la llamada entre los presidentes, según el director de la consultora de riesgos políticos Colombia Risk Analysis, Sergio Guzmán, tienen que ver con tres factores.
El primero es el cambio de embajador de Colombia en Washington, pues hace un par de semanas Juan Carlos Pinzón fue designado como el nuevo encargado de la oficina. “Eso tiene todo que ver con el hecho de que el anterior embajador, Francisco Santos, había apoyado directamente la campaña de Donald Trump a la presidencia”, explicó Guzmán en entrevista para la Agencia Anadolu.
De acuerdo con Guzmán, “mantener a Pacho Santos en la Embajada era básicamente mandar una señal de que al Gobierno colombiano no le interesaba o no reprendía esa acción. Entonces ese cambio por supuesto benefició enteramente que se diera la llamada”.
Por otro lado, sostuvo, está el hecho de que el fin de semana pasado se llevó un ataque en contra de Duque mientras este se desplazaba en un helicóptero. Al respecto, Biden expresó su apoyo al mandatario colombiano.
Por último, está la oferta de donación de las 2,5 millones de vacunas contra el coronavirus. “Estados Unidos siempre ha tenido interés de asistir a Colombia y otros aliados estratégicos. Y entendiendo que estamos en el peor pico de la pandemia, era el momento indicado para un anuncio en ese sentido”, señaló el experto.
Para Andrés Rincón Morera, doctor en Ciencias Sociales de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, la llamada no se realizó antes en vista de que la agenda de Biden tenía muchos más temas con un nivel más alto de prioridad, como el cambio climático, el conflicto israelí-palestino o las tensiones con Rusia.
“Si uno mira a nivel internacional, la relación que ha tenido Biden con Latinoamérica ha sido un poco más lenta y ha priorizado otro tipo de temas”, sostuvo Rincón, quien hizo eco de las declaraciones de Guzmán al afirmar que la campaña a favor de Trump que hicieron algunos políticos colombianos le “pasó factura” al actual Gobierno. “Creo que eso en parte explica ese tipo de relación un poco, si se quiere ponerle un adjetivo, fría o distante”.
Aunque Guzmán destacó que las dos naciones americanas tienen relaciones mutuamente estratégicas, Colombia no es ni ha sido la primera prioridad para Estados Unidos, situación que considera se mantendrá, al menos en lo que le queda de mandato a Duque, simplemente porque “sus prioridades son inmediatamente domésticas: tratar la COVID y lidiar con los temas de infraestructura que está llevando su Gobierno en este momento, un Congreso disfuncional y encima tener en cuenta que en 2022 habrá nuevamente elecciones de Congreso en EEUU”.
Por lo anterior, Guzmán sugiere que las relaciones bilaterales no van a mejorar ni a empeorar, sino que ambas partes van a seguir trabajando en los temas que los interpelan, como el narcotráfico, lo relacionado con Venezuela y lo comercial.
Derechos humanos y paro en Colombia
Hubo, sin embargo, una diferencia entre los comunicados emitidos por ambos Gobiernos. Mientras que el Gobierno de Biden expresó su apoyo a los manifestantes que participan en el paro nacional, Colombia omitió esa parte por completo.
Biden “expresó su apoyo a los derechos de los manifestantes que se movilizan pacíficamente y subrayó que la aplicación de la ley debe estar sujeta a los más altos estándares de responsabilidad y condenó los actos de violencia y vandalismo”, señaló la Casa Blanca en su comunicado.
Varias personas criticaron la omisión colombiana, entre ellos José Miguel Vivanco, director ejecutivo para las Américas de Human Rights Watch, quien señaló que “al comunicado de Casa de Nariño sobre la llamada Biden-Duque le faltó un pequeño detalle”, tras lo cual citó el texto de Washington.
Al respecto, el director de Colombia Risk Analysis sugirió que, ante posibles presiones de Estados Unidos, Colombia en el futuro podrá simplemente hacer un llamado a su autodeterminación y a que se sigue el debido proceso en los casos de abusos policiales. “Pero es vulnerable a que existan nuevos videos, evidencias o testimonios que dejen a las autoridades colombianas muy mal paradas. Entonces en ese sentido el Gobierno intentará ser muy diplomático en sus esfuerzos y su forma de dirigirse a los actores internacionales sobre el tema de protestas”.
Según Rincón, la presión que pueda llegar a recibir Colombia de actores internacionales llevaría al Gobierno a adelantar investigaciones parciales, pero no trascendería más allá de eso “porque lo que se ve con el Gobierno actual es una muy alta dosis de impunidad, de incumplimiento de las obligaciones en materia de Derechos Humanos y una actitud de represión frente a la protesta social, entonces no va a ascender más allá de algunas declaraciones que uno podría calificar medio insulsas”.
La doble moral de Biden
Entre la campaña presidencial de Biden y sus acciones como mandatario, algunas personas e incluso funcionarios (como el portavoz de la cancillería de Irán, Saeed Khatibzadeh) han insistido en que el presidente estadounidense ha manejado varios temas con una política de doble rasero. Destacan, por ejemplo, la importancia que le da a los derechos humanos mientras que no condenó las muertes de cientos de palestinos a manos del Ejército israelí hace unas semanas.
En el tema específico de Palestina, Rincón destacó que en la agenda demócrata, para empezar, tampoco se ha discutido el reconocimiento del Estado palestino y que, en últimas, “Israel es un aliado demasiado poderoso en la región para los Estados Unidos y esa alianza con Estados Unidos e Israel en la zona es que lo que seguramente no va a poner en juego Biden”.
Por su parte, Guzmán recordó que Biden es moderado y un negociador. Indicó que el presidente “es consciente de que las negociaciones con los opositores son claves para lograr su agenda. En ese sentido, hay que remarcar que aunque las expectativas sobre Biden son altas, su margen de maniobra con una mayoría muy pequeña es bajo, lo que lo ha obligado a ser muy precavido con sus ambiciones de reforma”.