Análisis

ANÁLISIS – ¿Cómo se explica la reciente crisis diplomática entre Marruecos y España?

España ha demostrado que no es indiferente a los desarrollos en la región del Sahara Occidental, del que fue su antiguo colonizador, como se puede ver en la reciente crisis diplomática con Marruecos.

Por: Halil Kaya / Anadolu

En las últimas semanas, el Reino de Marruecos ha aparecido en los titulares de las noticias a raíz de una serie de hechos en medio de una crisis diplomática con España.

El 17 de mayo, unas imágenes difundidas en Internet mostraban a miles de personas entrando en Ceuta, uno de los enclaves españoles en territorio marroquí. La mayoría de estas personas eran niños menores de 18 años. ¿Qué hay detrás de este incidente que se ha convertido en una crisis diplomática entre España y Marruecos?

En los últimos años, muchos países han abierto consulados en la ciudad de El Aaiún, en el Sáhara Occidental, reconociendo así la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara, donde en realidad controla el 80% de su totalidad. Sin duda alguna, la mayor victoria diplomática de Marruecos fue la decisión del expresidente estadounidense, Donald Trump, de reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara y la apertura de un consulado en El Aaiún a pesar de que el problema del Sáhara aún no ha sido resuelto por la ONU. Este reconocimiento no fue gratuito, pues vino a cambio de normalizar sus relaciones con Israel.

Uno de los actores históricos en el problema del Sahara, de vital importancia para Marruecos, es España. Antiguo colono en la región, hoy España más bien es un actor secundario, pero que ha demostrado que no es indiferente a los desarrollos en la región como se puede ver en la reciente crisis diplomática con Marruecos.

La historia colonial de España en Marruecos se remonta al siglo XV. Melilla, una de las ciudades de España en territorio marroquí hoy, fue capturada por los españoles en 1497. En 1884, la región del Sahara Occidental fue colonizada por los españoles. Marruecos, que fue una colonia franco-española entre 1912 y 1956, obtuvo su independencia primero de los franceses y luego de los españoles en 1956. Sin embargo, los españoles excluyeron el Sáhara Occidental, junto con Melilla, Ceuta y los cinco islotes al norte de Marruecos, de este tratado de independencia.

Después de que los españoles abandonasen la región en 1975, el rey de Marruecos, Hasan II, se anexionó el Sahara Occidental en un incidente que pasó a la historia como la “Marcha Verde”.

El Frente Polisario, fundado en 1973 con el objetivo de liberar al Sáhara Occidental de la colonización española, no reconoció la anexión y creo la República Árabe Democrática del Sahara en 1976. El Frente Polisario mantuvo una guerra continua con Marruecos hasta que en 1991 la ONU intervino y logró que ambas partes firmaran un alto el fuego.

Posteriormente se enviaron fuerzas de paz a la región en el marco de la Misión del Referéndum del Sáhara Occidental de la ONU (MINURSO). Así como hasta ahora no se ha logrado ninguna solución, tampoco se pudo celebrar el referéndum impuesto por la ONU para solucionar el problema.

El origen de la reciente crisis se remonta al 17 de abril cuando Ibrahim Gali, líder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Democrática del Sahara desde 2016, fue trasladado a un hospital en la ciudad española de Logroño en un avión fletado por la Presidencia argelina para ser tratado por la COVID-19.

Gali ingresó en España “en secreto” con un pasaporte argelino emitido a nombre de Mohammed Ben Battouche. Marruecos supo del vuelo y el incidente saltó a la prensa convirtiéndose en un escándalo para Madrid, aún más cuando existen varios casos judiciales abiertos contra Gali en España por tortura, detención ilegal y secuestro.

El Gobierno español se defendió alegando razones puramente “humanitarias”. Las aclaraciones no contentaron a Marruecos, la cual recordó que siempre apoyó a España en temas delicados como el referéndum de independencia de Cataluña.

Así mismo, Marruecos dejó claro que las acciones de España tendrían consecuencias. El 17 de mayo Marruecos permitió la entrada de unas 6.000 o 8.000 personas en Ceuta, y por tanto en las fronteras de la Unión Europea (UE). Los españoles deportaron a algunos de estos refugiados de forma inhumana. Se pensó que el hecho de que casi la mitad de los refugiados en cuestión eran niños, pondría a los españoles en una situación muy difícil legalmente, pero en los videos que circulan en las redes sociales se puede ver a las autoridades españolas deportando a los menores con un trato similar al de los adultos sin necesidad de hacer cumplir la ley de menores.

El Ministerio de Exteriores de Marruecos dijo que si el problema no se resuelve como esperan, las relaciones entre ambos países podrían suspenderse indefinidamente. En respuesta a preguntas sobre la posible falta de seguridad en su frontera con Ceuta, Rabat dijo que el suceso pudo deberse al cansancio de los agentes de seguridad provocado por el ayuno durante el mes de ramadán. Estas declaraciones demuestran que Marruecos jugó la carta de los migrantes conscientemente.

El 31 de mayo, Marruecos emitió una declaración extensa en la que acusó a España de haber permitido entrar en su territorio a un individuo acusado de haber cometido delitos con un pasaporte falso. Así mismo dijo que la crisis se debe a la pérdida de la confianza y el respeto mutuo entre Marruecos y España y aseguró que esta no puede resolverse solo juzgando a Gali. Marruecos también pidió a España que aclarase su postura y la acusó de seguir una estrategia hostil en la cuestión del “Sahara marroquí”.

Como se puede ver, Marruecos no reduce el problema a Gali y quiere que España aclare su postura sobre el Sahara. Teniendo en cuenta que España es el socio económico número uno de Marruecos, el estilo y el tono utilizados en la declaración revelan la determinación y seriedad del enfoque de Rabat sobre el tema.

Al final, Gali fue juzgado por videoconferencia el martes 1 de junio. Antes de la muy corta audiencia, el juez anunció que no juzgará a Gali por venir a España con documentación falsa.

Gali fue declarado inocente y regresó a Argelia en un avión privado francés el martes por la noche.

El presidente argelino, Abdulmecid Tebboune, recibió a Gali con la frase “bienvenido a tu casa” y lo visitó personalmente. Este hecho muestra el deteriorado nivel de las relaciones entre Marruecos y Argelia que históricamente ha tenido intereses en el Sahara Occidental.

Los comentarios en los medios hasta ahora son en general que los argumentos de Marruecos son consistentes y que España ha cometido un error diplomático. Por otro lado, el incidente en cuestión y la crisis diplomática que le siguió también se han extendido a la política interior de España. El expresidente de la Comunidad Autónoma de Cataluña, Carles Puigdemont, y los dirigentes del Partido Popular, principal partido de la oposición, culparon al Gobierno de lo sucedido.

Por último, cabe señalar que Marruecos no acepta la pertenencia de Ceuta y Melilla, así como varias islas a España. Por tanto, es posible que la crisis entre los dos vecinos se agrave y se convierta en una crisis mayor que abarque a las ciudades e islas antes mencionadas.

Un ejemplo de ello se puede ver en la crisis de la isla de Perejil en 2002 cuando un grupo de soldados marroquíes desembarcaron en la isla, en el estrecho de Gibraltar, a 200 metros del territorio continental marroquí.

Los soldados fueron detenidos por las Fuerzas Armadas españolas, mientras que el orden solo se pudo restablecer 10 días después del desembarco, el 21 de julio, con la retirada de las tropas españolas de la isla. Así pues, podemos decir que la actitud de España sobre el Sahara puede afectar tanto al destino de Ceuta y Melilla como a la estructura demográfica de la UE.

*Halil Kaya es un historiador turco. Sus estudios de doctorado en Ciencias Políticas continúan en la Universidad Internacional de Rabat, con sede en Marruecos.

**Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no reflejan necesariamente la postura editorial de la Agencia Anadolu.

***Traducido por Daniel Gallego.

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