La columna de AlfredoOpinón

Salarios de trabajadores versus productividad emprendimientos

Hay empresas, si bien operando en mercados laborales, cuando  se trata de mercados perfectamente competitivos, carecen de poder para fijar salarios .La teoría microeconómica  señala que lo único que puede hacer es contratar  a los trabajadores por cada tipo de trabajo que está requiriendo.

Alfredo Oliveros. Egresado como Contador Público de: Universidad de la Rep. del Uruguay y Universidad de Buenos Aires (Argentina). Master en Economía Internacional de la Universidad de Belgrano (Argentina). Docente en Economía en distintas Universidades de América Latina. Contratado como asesor por distintos Gobiernos de América y asesor de distintos programas del BID (Banco Interamericano de Desarrollo)

El salario es el precio pagado por el trabajo. Los salarios son todos aquellos pagos que compensan a los individuos por el tiempo y el esfuerzo dedicado a la producción de bienes y servicios. Estos pagos incluyen no sólo los ingresos por hora, día o semana trabajada de los empleados manuales, sino también los ingresos, semanales, mensuales o anuales de los profesionales y los gestores de las empresas. A los ingresos regulares pactados en los convenios colectivos hay que sumarles las primas y las pagas extraordinarias, las primas por riesgo, nocturnidad, índice de peligrosidad u horas extraordinarias, así como los honorarios de los profesionales liberales y la parte de los ingresos percibidos por los propietarios de negocios como compensación por el tiempo dedicado a su negocio.

Al respecto, han señalado los Premios Nobel, Diamond, Mortensen, Pissarides, que buscar empleo es una actividad costosa, para las dos partes (empresa-trabajador). Los costos resultantes de este proceso significan la suma del valor de las dos partes.

Los estudios empíricos en varios países y las condiciones económicas han determinado dos conclusiones: La primera es que las empresas  más grandes pagan mejores salarios. La segunda es que las empresas más rentables comparten una parte de estas ganancias con sus trabajadores, bajo forma de salarios más altos.    (Julián Messina).

Uno de los mitos que alimentan el problema del desempleo es la idea de que algunas personas son incapaces de generar valor económico. Supuestamente estas personas tienen defectos o imperfecciones que las hacen inútiles y merecedores de ser desechadas como simple basura. Conforme a esta visión, solo son aptas recibir limosnas de las instituciones benéficas o de los Gobiernos (Huhammad Yunus-Un mundo de tres ceros)

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