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Tres microorganismos mejoran crecimiento de aguacate Hass

A partir de dos hongos y una bacteria se desarrollaron 16 tratamientos para evaluar la promoción de crecimiento de plantas de aguacate Hass en sus diversas etapas, y se obtuvieron incrementos entre 20 y 30 %.

Los hongos utilizados son el formador de micorriza Rhizoglomus fasciculatum y el solubilizador de minerales Mortierella sp., en tanto que la bacteria es la fijadora de nitrógeno atmosférico Azospirillum brasilense, los cuales se pueden utilizar en forma individual o combinada.

Así lo evidenció el ingeniero agrónomo Aníbal López en la investigación de su tesis “Microorganismos promotores de crecimiento vegetal en plantas de aguacate Hass”, para optar al título de Magíster en Ciencias Agrarias con énfasis en Suelos y Nutrición de Plantas, en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín.

En su experiencia como asistente técnico en grandes fincas productoras de aguacate Hass en Caldas, Risaralda y Antioquia, el investigador detectó que uno de los aspectos más importantes en el desarrollo de los cultivos era la nutrición, la cual sería inadecuada por el uso excesivo de fertilizantes químicos.

Con esa inquietud empezó a investigar cuáles microorganismos podrían aportar a una fertilización más eficiente y a disminuir los componentes químicos.

Su trabajo fue dirigido y codirigido por los profesores Walter Osorio –Ph. D. en Ciencias del Suelo y director del Grupo de Investigación en Microbiología del Suelo– y Laura Osorno, Ph. D. en Biotecnología y miembro del Grupo, de quienes recibió una importante orientación.

La investigación se realizó en fincas del municipio de Pácora (Caldas), en dos etapas: evaluación de la respuesta de los microorganismos en la etapa de vivero y en campo.

“Evaluamos 3 microorganismos de forma individual y combinada, empleando dos tipos de fertilización química: completa y 2/3 partes de la diseñada, con las cuales se evaluaron 16 tratamientos”, señala el ingeniero agrónomo.

Sobre los resultados de la investigación, que tomó cerca de dos años, explica que, por ejemplo, al comparar con un testigo sin aplicación de microorganismos pero con fertilización convencional, el crecimiento con estos podría aumentar entre 20 y 30 % en etapa de vivero.

“Para cada etapa de crecimiento de la planta, alguno de los microorganismos produjo mejores resultados: en la etapa de vivero funcionó mejor aplicar micorrizas y la bacteria fijadora de nitrógeno, mientras en otras funcionó mejor el hongo solubilizador de minerales y también la micorriza”.

El microorganismo que se debe utilizar en cada etapa depende del tipo de suelo, por lo que el requisito para quien desee aplicar estos microorganismos es asesorarse por expertos, que lo apoyen con análisis de suelos para escoger cuál microorganismo o combinación beneficia más su cultivo.

Reducción de fertilizantes

La investigación también mostró que se podían obtener mejores resultados utilizando microorganismos y reduciendo la fertilización a dos terceras partes, en comparación con lo obtenido con fertilización convencional completa.

“Reducir el costo y el potencial impacto ambiental de los fertilizantes químicos en 33 % es bastante bueno, e incluso los buenos resultados dejaban ver que se podía bajar más”, señaló el investigador.

“Otro resultado positivo se reveló con el empleo de micorriza, pues tras la colonización del hongo micorrizal, desde la raíz se extienden las hifas del hongo en el suelo y traen nutrientes como fósforo y calcio a la planta, supliendo en parte la dificultad para capturar nutrientes por carencia de pelos absorbentes”, detalla el investigador.

“Al poner micorriza se acelera el crecimiento tanto de plantas en etapa de vivero como en fase de establecimiento; este microorganismo también se puede aplicar a plantaciones en producción, porque la mayoría de la gente la utiliza solo para el establecimiento inicial del cultivo, pero su efecto es positivo en todas las etapas”.

Cuando el agrónomo López iba por la mitad de la investigación y vio resultados positivos empezó a aplicar y a recomendar los microorganismos en todas las etapas del cultivo.

Al continuar su trabajo con los profesores Walter Osorio y Laura Osorno, señala que a técnicos y agricultores se les vendió la idea errada de que solo con fertilizantes químicos se logran altas producciones.

Hoy puede afirmar que el uso combinado de fertilización química y biofertilización con microorganismos reduce tanto los costos de producción como el impacto ambiental.

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