La columna de AlfredoOpinón

Se va y ¿Lo que viene…?

Bajo  la óptica de la Economía,  el hoy está entrando en un proceso de cambio. Atrás queda un periodo aún con algunas respuestas a emitir. El cierre de la actual etapa, tuvo mucho que ver con pretender explicar “todo el pasado y predecir el futuro del mundo: por el relato fascista, el relato comunista y el relato liberal”. (/1)

La Segunda Guerra Mundial dejó fuera de combate el relato fascista y desde finales de la década de 1940 hasta finales de la de 1980 el mundo se convirtió en un campo de batalla entre solo dos relatos: el comunista y el liberal. Después el relato comunista se vino abajo, y el liberal siguió siendo la guía dominante para el pasado humano y el manual indispensable para el pasado humano…”

Alfredo Oliveros. Egresado como Contador Público de: Universidad de la Rep. del Uruguay y Universidad de Buenos Aires (Argentina). Master en Economía Internacional de la Universidad de Belgrano (Argentina). Docente en Economía en distintas Universidades de América Latina. Contratado como asesor por distintos Gobiernos de América y asesor de distintos programas del BID (Banco Interamericano de Desarrollo)

El relato liberal celebró el valor y el poder de la libertad. Afirmando que durante miles de  años la humanidad vivió bajo regímenes opresores que otorgaban al pueblo pocos derechos políticos, pocas oportunidades económicas o pocas libertades personales. Y que restringían sobremanera los movimientos de: individuos, ideas y bienes, Pero el pueblo, luchó por su libertad y paso a paso fue ganando terreno. Regímenes democráticos reemplazaron a dictaduras brutales. La libre empresa superó las restricciones económicas. Las personas aprendieron a pensar por sí mismas y a seguir su corazón, en lugar de obedecer ciegamente a sacerdotes intolerantes y a tradiciones rígidas. Carreteras abiertas, puentes resistentes y aeropuertos atestados sustituyeron muros, fosos y vallas de alambre de espino

 Los países que se apunten a esta marcha imparable del progreso, se verán recompensados muy pronto con la paz y la prosperidad. Los países que intenten resistirse a lo inevitable sufrirán las consecuencias, hasta que también ellos vean la luz, abran sus fronteras y liberalicen: sus sociedades, su política y sus mercados. Puede que tome tiempo, pero al final incluso Corea del Note, Irak y el Salvador se parecerán a Dinamarca o a Iowa—“

“Sin embargo, desde la crisis financiera global de 2008, personas de todo el mundo se sienten cada más decepcionadas del relato liberal. Los muros y las barras de control de acceso vuelven a estar de moda. La resistencia a la inmigración y a los acuerdos comerciales aumenta” …

(/1) …” (21 lecciones para el siglo XXI” de Yuval Noah Harari

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