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Plantas determinan sabor de mieles en Antioquia

Mieles producidas en 18 apiarios de las subregiones del oriente y suroeste antioqueño varían en su sabor y presentación según la vegetación existente en las zonas.

Por ejemplo, en el municipio de Santa Bárbara – del Suroeste antioqueño – el 25 % de las muestras de mieles estudiadas provino de Cordia, un género de arbustos, y de un árbol llamado ‘nogal cafetero’; el 17 %, de café; el 13 %, de plantas Asteraceae (con flores sobre las ramas o extremidad del tallo); y 11 %, de dormidera, nombre con el que se conoce la Mimosa púdica.

Así lo concluye un estudio cuyo objetivo fue conocer de qué plantas se alimentan las abejas y cómo influyen en la miel que estas producen.

Los resultados se conocieron luego de un análisis melisopalinológico (polen en miel) a aproximadamente 100 mililitros. A las muestras se les agregó agua, se centrifugaron y se precipitaron, con lo cual el polen quedó en el fondo. Este se llevó a un microscopio en el cual, según formas, colores, ornamentación o número de aberturas, se identificó la planta a la que pertenecían.

“El polen es una especie de huella digital de las plantas que permite identificar a muchas de ellas, además de que se conserva muy bien en diferentes medios”, explica César Augusto Velásquez Ruiz, profesor de la Escuela de Biociencias de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Medellín.

Buena calidad

El docente añade que las pruebas fisicoquímicas permiten definir los principales indicadores de calidad de la miel. Por ejemplo, el pH de todas las mieles osciló entre tres y cuatro, un buen indicador, ya que el estándar se encuentra entre tres y cinco. En otros municipios del suroeste como Betania, Salgar, Bolívar, Támesis y Santa Bárbara, las mieles fueron más oscuras y con sabor ácido. En general todas las muestras analizadas fueron de buena calidad.

Pese a que se encontraron características generales, en algunos territorios hay algunas particularidades, como en el caso de Santa Bárbara, donde además de café predominan cultivos de mango, razón por la cual, según el profesor, “hay casi una competencia: en unos casos el polen dominante fue de café y en otros fue de mango. Eso hace que el color y el sabor sean distintos”.

El polen de las mieles es un buen reflejo de las plantas que las abejas visitan. Los resultados sirven de pista a los agricultores y apicultores para conocer cuáles plantas deben sembrar alrededor de sus apiarios en pro de una mejor producción y rentabilidad, teniendo en cuenta las épocas de floración de las mismas.

Varios tipos de plantas

El análisis también se hizo en la subregión del oriente de Antioquia, en municipios como Guarne, San Rafael, La Unión, Concordia, Támesis, Sonsón, y El Carmen de Viboral.

En la zona no hay un cultivo masivo, pero en cada municipio sí existen unos más representativos, como el de papa en La Unión o el de fríjol en El Carmen de Viboral. El profesor explica que “las mieles de estos sectores fueron dominadas por Solanaceae, un tipo de plantas del que hace parte el tubérculo, y Fabaceae, en el que se incluye el fríjol”.

Otras plantas comunes de las que las abejas toman el polen son los árboles yarumos, además de algunas de la familia Asteraceae, de las que hacen parte el margaritón, el girasol y las dalias. Por ejemplo, para el caso de las muestras de mieles de San Rafael se encontró como fuente de polen un árbol llamado ‘Tapirira’.

Según el profesor, “lo que podemos ver es que cada miel tiene su particularidad y depende de la vegetación que crece alrededor del apiario, además del procesamiento que se le haga”.

“Muchos apicultores llevan las abejas a un sitio y dejan que busquen alimento solas, pero no saben realmente cuáles son todas las plantas que visitan, pues ellas se pueden desplazar hasta tres o cuatro kilómetros buscando el recurso”, comenta.

A partir de los resultados es posible conocer qué plantas visitan las abejas y con qué frecuencia, lo que es clave para cultivar y darles una oferta permanente.

En ese sentido, es importante entender desde el punto de vista académico la relación que hay entre la planta y las abejas, para conocer las redes de interacción y cómo estas podrían alterarse. Actualmente ese equilibrio se está rompiendo debido al uso de plaguicidas en cultivos.

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