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Oprah y su vacío discurso

Oprah es genial. Su historia de vida es asombrosa, un ejemplo y referente para todas nosotras. Es una leyenda viviente que ha enfrentado comentarios como “tú no puedes”, “tú no debes”, “tú no eres capaz”, por ser negra, mujer y por no ajustarse a los estándares de belleza comerciales.

Oprah proviene de un hogar pobre, su madre limpiaba casas y sufrió abusos. A pesar de su entorno desalentador, nunca dejó de creer en sí misma y siempre perseveró. Hoy en día, es la persona más influyente en el mundo de las comunicaciones en Estados Unidos.

Recientemente, recibió un homenaje en los Globos de Oro y pronunció un discurso. Estaba preparada para escuchar palabras conmovedoras y de empoderamiento femenino, especialmente debido al movimiento #TimeUp. Sin embargo, su discurso resultó ser una decepción. Fueron palabras huecas, un discurso de marketing sin verdaderos sentimientos ni profundidad. Yo esperaba un discurso sustancioso, como una taza de espeso chocolate, pero solo recibí una cucharadita de agua.

En cuanto al empoderamiento femenino, las breves palabras de Natalie Portman, Laura Dern y Bárbara Streisand al recibir y presentar los premios fueron más contundentes.

Natalie Portman presentó el premio a Mejor Director y sus palabras fueron contundentes: “Y estos son los nominados exclusivamente hombres”. Esto sorprendió notablemente a la audiencia y la expresión en el rostro de Guillermo del Toro fue burlona y decepcionante. Paradójicamente, Lady Bird, dirigida por la talentosa Greta Gerwig, una mujer que nunca fue nominada en la categoría de Mejor Director, ganó el premio a Mejor Película de Comedia.

La actriz Laura Dern, al recibir el premio a Mejor Actriz Secundaria en televisión por su papel en “Big Little Lies”, aprovechó sus palabras para hacer un llamado a poner fin al silencio. Dijo: “A muchas de nosotras nos enseñaron a no delatar. Vivimos en una cultura del silencio que estaba completamente normalizada. Insto a todos no solo a apoyar a las sobrevivientes y testigos lo suficientemente valientes como para contar la verdad, sino también a promover la justicia reparadora. Debemos protegerlos y contratarlos. Enseñemos a nuestros hijos que hablar sin miedo es nuestra nueva brújula moral”. Las palabras de Dern, aunque breves en comparación con el discurso de Oprah, fueron para mí indiscutiblemente más contundentes.

Y quien cerró la noche con broche de oro fue mi adorada Bárbara Streisand, a quien, por cierto, admiro más que a Oprah. Bárbara siempre ha sido un referente para mí. Sus palabras, también breves, fueron tan contundentes que, en comparación, el discurso de Oprah quedó en pañales. Bárbara dijo: “En el backstage escuché que dijeron que fui la única mujer que ganó el premio a Mejor Director, y sabes, eso fue en 1984, ¡hace 34 años! ¡Gente, se acabó el tiempo (Time’s Up)!”. Hizo referencia al movimiento del mismo nombre y continuó diciendo: “Necesitamos más mujeres directoras y más mujeres nominadas en esta categoría. Hay tantas películas que son dirigidas de manera brillante por mujeres. Ya es hora. Estoy orgullosa de estar rodeada de gente que habla en contra de la violencia sexual, la desigualdad y la mezquindad que envenena la política. Estoy orgullosa de pertenecer a una industria que se atreve a enfrentar esta situación y tratar de cambiar la forma en que hacemos negocios. La verdad es poderosa. Tanto que puede cambiar la mentalidad de las personas, influir en sus corazones y trazar un nuevo rumbo para las sociedades”.

El reconocimiento a Oprah fue merecido, pero sus palabras resultaron vacías. Tal vez tenía muchas expectativas. Con sus palabras, tenía la oportunidad de pedir equidad en los premios y establecer un precedente, por ejemplo, en la categoría de Mejor Director, que solo ha sido ganada por una mujer en la historia de los premios, hace 34 años (no pueden decirme que en 34 años no ha habido películas maravillosas dirigidas por talentosas directoras). Se necesitaban palabras contundentes que impulsaran una transformación. Movimientos como #Time’sUp deben lograr cambios y acciones concretas, despertar una verdadera apertura de espacios para las mujeres, garantizando equidad. Igualdad en salarios, trato y derechos.

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