Entrevistas

La victoria talibán “reafirma el declive del poder hegemónico de EEUU”, afirmó experta colombiana

Por Daniel Casas / Telam

La victoria de los talibanes en Afganistán “reafirma el declive del poder hegemónico de Estados Unidos desde el fin de la guerra fría” y, por lo tanto, es “una buena noticia para los rivales estratégicos” de la primer potencia mundial, China y Rusia, afirma Angélica Cuéllar, experta colombiana en internacionalismo de la Universidad del Rosario y magister en análisis políticos, económicos e internacionales.

La catedrática, que también trabaja en el Instituto de Altos Estudios para el Desarrollo del Ministerio de Relaciones Exteriores y la Universidad del Externado de Colombia, destacó en entrevista con Télam que los talibanes encontraron muy poca resistencia por parte de las fuerzas regulares de Afganistán en su veloz reconquista del poder.

Las causas de esa falta de resistencia son muchas. “La primera, una corrupción endémica de la conducción militar. En segundo lugar muchos de los soldados estaban muy lejos de su casa; Afganistán es un país que todavía funciona mucho por las lealtades de tipo tribal, con lo que muchos no se sentían suficientemente respaldados para luchar por el Estado. Y tercero, según reportes publicados por el Washington Post, los talibanes les habrían pagado para que se rindieran”, agregó Cuéllar.

-Télam -¿Cómo se financiaron los talibanes durante estos 20 años de intervención?

-Angélica Cuéllar: Es muy difícil de saber, pero teniendo en cuenta los antecedentes y algunas informaciones de los últimos días, probablemente han recibido ayuda desde Arabia Saudita, que ya en los ‘90 era un apoyo externo importante, y es probable que cuenten con algún respaldo de Pakistán. Es difícil imaginar que ya en los ‘90 se pudiera haber mantenido sin al menos la anuencia pakistaní. Y también es posible, como leí en estos días, que los rusos también hayan tenido que ver recientemente con algún tipo de ayuda para los talibanes. De hecho, hace uno o dos años fue un escándalo la noticia de que los rusos daban recompensas a los talibanes si daban de baja a soldados estadounidenses. Y, en el plano interno, el control de varias actividades ilegales, incluyendo el contrabando de opio.

Cuéllar destaca que, dentro de su radicalismo, los talibanes demostraron ser muy pacientes. Quedaron maltrechos tras la invasión de 2001 liderada por Estados Unidos, perseguidos y encarcelados en Guantánamo, pero de a poco comenzaron a reagruparse y a tener presencia en algunas regiones.

“Los talibanes tienen alguna forma de apoyo popular, no de todos los afganos, pero tienen un cierto respaldo de la gente que está cansada de la guerra, que quiere algo de orden y seguridad, y apoyan la mano dura de los talibanes, explica.

-T:¿Este reagrupamiento tiene que ver con la apertura hacia otras etnias, aparte de la pastún?

-AC: El componente pastún sigue siendo importante, pero es cierto que hay una mayor diversidad étnica. Esto se explica también en la estructura fragmentada y muy tribal que los caracteriza. Y han surgido también líderes locales que han visto que es para ellos más conveniente y rentable en esta etapa alimentar las filas del talibán. Para esto ha usado un discurso más flexible, porque durante mucho tiempo los privilegios, el trato y los beneficios de ser pastún eran muy obvios.

-T: ¿El pragmatismo de estas primeras horas en el poder permite pensar que ya no son aquellos talibanes extremos que imponían su cosmovisión a sangre y fuego, sino que pareciera que ahora están haciendo política?

-AC: El discurso es mucho más moderado, más medido, pero yo honestamente no pienso que se traduzca en hechos. Han dicho que van a respetar los derechos de las mujeres, pero dentro de la idea islámica de los derechos de las mujeres. Es decir que esto se va a prestar para la interpretación en los tribunales religiosos, y eso no se corresponde con la idea de los derechos que la mayoría de las afganas han tenido y disfrutado hasta ahora.

-T: ¿Tiene información de cómo se están manejando en este plano?

-AC: Ya hay casos reportados de asesinatos de mujeres porque no les cocinaron a una tropa talibán, una mujer que no tenía ni para comer para su familia y la asesinaron a golpes; mujeres golpeadas en la calle por no utilizar el burka; han cerrado escuelas en diferentes provincias… entonces tomo con precaución y desconfianza lo que digan sus voceros.

-T: ¿Desde el punto de vista geopolítico, quién se beneficia con la victoria de los talibanes o, dicho de otra forma, con la derrota de Estados Unidos?

-AC: Creo que esta situación de Afganistán reafirma la pérdida de la influencia relativa de Estados Unidos en el mundo; el declive del poder hegemónico que ejerció desde el fin de la guerra fría. Desde hace tiempo Washington ha venido retirándose de ciertos lugares estratégicos, sea voluntariamente o sea porque sus rivales han ganado más presencia. Esto es lo que ha pasado en Medio Oriente. Y esto son buenas noticias para los rivales estratégicos de Estados Unidos, básicamente China y Rusia.

-T: ¿Cómo se relacionan los talibanes con China y Rusia?

-AC: China viene negociando con los talibanes, porque le interesa tener una buena relación, porque tiene sus problemas del terrorismo, como ellos lo llaman, con los musulmanes uigures de la China occidental, en Sinkiang. Y, obviamente, a Rusia también la interesa mantener la estabilidad en su vecindario frente a sus aliados del centro de Asia, en donde desde los ‘90 han surgido algunas formas de radicalismo islámico que pueden vincularse con este panorama que se plantea con el triunfo de los talibanes. Entonces, tanto a China como a Rusia les parece importante mantener una suerte de entendimiento con el régimen. Rusia dice que el reconocimiento que les pueda dar al régimen talibán depende de sus acciones. China ha dicho básicamente que cada país tiene derecho a gobernarse y es parte de su política exterior la no injerencia en los asuntos de nadie.

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