La columna de AlfredoOpinón

Empresas y Empresarios perturbados por los hechos Económicos

Son muy variadas las circunstancias que puedan ser impulsoras de las perturbaciones. Empresariales. Serán aquellas que generarán disminución en la producción, comercialización, y consumo de productos y servicios. Sin importar el tamaño del emprendimiento, ni la rama en la que se está actuando.

El origen de la situación  podrá encontrarse en las variadas crisis que se determinan en la Economía. Teniendo su origen en cambios provenientes de distinto origen. Como ser  la Economía (Micro y Macro), Mercados (especialmente los externos), Competidores, Tecnología y Políticas Económicas de los Gobiernos.

Alfredo Oliveros. Egresado como Contador Público de: Universidad de la Rep. del Uruguay y Universidad de Buenos Aires (Argentina). Master en Economía Internacional de la Universidad de Belgrano (Argentina). Docente en Economía en distintas Universidades de América Latina. Contratado como asesor por distintos Gobiernos de América y asesor de distintos programas del BID (Banco Interamericano de Desarrollo)

El inicio de los problemas en los emprendimientos empresariales, podrá reconocerse a través-por ejemplo- de alteraciones en  indicadores  como ser: Reducción de mercados, Disminución de las ventas, Baja de la rentabilidad, Aumento de las cuentas por cobrar (morosidad), Disminución de las fuentes financieras (incluyendo liquidez), Crecimiento de la competencia (incluyendo los sustitutos), Limitación de las posibilidades de crecimiento, etc.

En los últimos tiempos los profesionales que actúan en auxilio de lo empresarial, participan –en muchos casos- en lo que sea la creación y el establecimiento de una cierta capacidad de regeneración Implica volver a establecer un nuevo estado de equilibrio. O sea tratar de conseguir una cierta cuota de mejora, a partir de conformar una capacidad de poder funcionar en un clima agresivo, pero recurriendo a fuerzas interiores. A eso se lo denomina resiliencia.

Se considera la resiliencia como: la adquisición de la capacidad para enfrentar las adversidades,  superarlas y ser transformado positivamente por ellas. La estrategia a desarrollar tendrá que ver con la elaboración de un Plan, que incluya una permanente atención a la evolución de los Activos. El riesgo debe ser examinado bajo ángulos distintos a las aproximaciones clásicas en Finanzas o en Macroeconomía, en las que la hipótesis de normalidad es la base y la solución parece ser fácil.

La estrategia a impulsar deberá ser de incorporación a la organización empresarial, colaboradores “risilentes”, especialmente jóvenes, que no tienen miedo al cambio y que a su vez pueden constituirse en aportadores de nuevas ideas y como consecuencia un nuevo sistema de información, que permita visualizar el futuro y no únicamente el registro de los datos del pasado.

El nuevo modelo a desarrollar tendrá que ver con la formación de una organización que tenga capacidad adaptativa para enfrentar entornos cambiantes e impactar en dichos entornos. O sea, generar una estructura de dirección que    que por lo menos disminuya los efectos de la inestabilidad y promueva la competitividad a partir de la novedad.

Una máxima en el mundo de los negocios: los cambios se enfrentan con Cambios.

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