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Deportistas de alto rendimiento se protegerían del COVID con protocolos

Realizar una valoración del estado de salud, un examen médico profundo, encuestas epidemiológicas y pruebas iniciales de laboratorio (PCR), son algunos de los protocolos a los que se deben someter los deportistas de alto rendimiento en el marco de la pandemia por COVID-19.

Los protocolos especiales se fundamentan en que después de realizar ejercicios de alta intensidad la respuesta inmune del cuerpo es muy baja, lo cual es una desventaja. No obstante, aún se debate en qué momento específico se presenta y durante cuánto tiempo.

“Esta es una de las principales razones por las que se busca proteger a los deportistas, quienes son patrimonio deportivo del país y por lo tanto se les debe cuidar”.

Así lo expresó Mauricio Serrato Roa, médico del Deporte de la Universidad El Bosque, especialista en Entrenamiento de Alto Rendimiento de la Universidad de Castilla La Mancha (España), y coordinador médico del Ministerio del Deporte, durante la charla “Protocolos para el regreso al entrenamiento”, organizada por el programa #SaludUNALContigo, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

Los deportistas, al igual que las demás personas expuestas al virus, pueden llegar a presentar complicaciones como miocarditis, fibrosis pulmonar, trombosis y otras secuelas que afectarían su futuro deportivo.

Según el doctor Serrato, al tener altos volúmenes de ejercicio todos los días, normalmente se presentan ciertas complicaciones en su sistema como respuesta a estos estímulos. Un ejemplo de ellas son las alteraciones inmunes transitorias, inflamación, estrés oxidativo y daño muscular, con un probable aumento del riesgo de enfermedad en periodos de entrenamiento de alta intensidad.

Complicaciones tras el virus

Tras una infección, el ejercicio intenso puede disminuir la inmunidad, empeorar la infección, aumentar la inflamación, incrementar la necrosis celular y generar un sustrato miocárdico proarrítmico muy peligroso, por lo que no se puede descartar a los deportistas del posible daño miocárdico, incluso en caso de permanecer asintomático.

Por esto, cumplir los protocolos de seguridad evitaría el contagio y las posibles complicaciones que les generaría el virus, aunque no se debe dejar de entrenar, ya que la pérdida de condición corporal es dramáticamente alta cuando hay poca actividad física. Y aunque se pueden realizar ejercicios en casa, estos no ayudan debido al concepto de especificidad que busca promover ciertas aptitudes físicas para un determinado deporte.

Un ejemplo de ello se da en el fútbol profesional de Europa, que tras volver de la cuarentena aumentó en más de un 200 % las lesiones en los jugadores por la falta de acondicionamiento físico adecuado.

Esto, sumado a otras investigaciones, como que la falta de actividad por más de 12 semanas en deportistas de alto rendimiento, afecta su perfil lipídico, metabolismo y composición corporal, disminución del estado mental, en los niveles de oxígeno, lo que hace crítico volver a entrenar.

Fases de los protocolos

Según el doctor Serrato, estos protocolos se ajustan a la realidad epidemiológica de cada país, en donde se busca implementarlos en fases progresivas y según las circunstancias. Por eso, aunque algunos deportes estén autorizados, en realidad no se deben practicar por el alto riesgo que pueden conllevar.

Los protocolos se han basado primero en una fase de planeación y preparación, luego en la adecuación de estos a la normatividad propia del país y a la dinámica de contagios, y por último en la preparación para la implementación basada en la difusión, capacitación y adquisición de elementos, tanto por parte de los deportistas como de las entidades encargadas.

A su vez presentan cuatro fases que buscan la progresión en la adaptación y la reducción de un posible contagio: 1) se desarrolla de manera individual con ejercicios básicos; 2) centrada en entrenamientos específicos; 3) que busca iniciar con aspectos precompetitivos de manera colectiva y 4) se desarrolla la competencia como tal.

Las medidas de bioseguridad se basarán en el distanciamiento por el tipo de actividad, medidas higiénicas específicas, protectores faciales, limpieza y desinfección de superficies y espacios, control de aforos en eventos y de los desplazamientos. Por ejemplo, una distancia de 5 m para personas que estén trotando, 15 m para desplazamientos en bicicleta por debajo de los 15 k/h, y 20 m para velocidades mayores.

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