Análisis

ANÁLISIS: Elon Musk, Jeff Bezos y Richard Branson, los multimillonarios que compiten por el espacio

Las empresas espaciales privadas en el mundo occidental, especialmente en Estados Unidos, se esfuerzan por poner en práctica la mentalidad del libre mercado en el “sector espacial”, en contraste con las actividades espaciales controladas por otros actores activos en el espacio, como Rusia y China.

Por: Inci Sokmen Alaca* / Anadolu

La acalorada rivalidad espacial entre los estadounidenses Elon Musk y Jeff Bezos, quienes se encuentran entre los empresarios más ricos del mundo, y el multimillonario británico Richard Branson, trajo nuevas discusiones sobre la desmilitarización de la industria espacial.

Los viajes espaciales de los multimillonarios, que todo el mundo observa con interés, representan el comienzo de una nueva era en la que el espacio comienza a civilizarse. Estos viajes demostraron que los empresarios civiles pueden participar en misiones espaciales comerciales con fines de lucro, así como en proyectos militares y civiles en el “nuevo espacio”.

Estos empresarios estadounidenses y británicos comenzaron a ser llamados los “nuevos exploradores espaciales” por sus proyectos relacionados con el espacio profundo (la Luna, Marte y Venus). Las empresas espaciales privadas en el mundo occidental, especialmente en Estados Unidos, se esfuerzan por poner en práctica la mentalidad del libre mercado en el “sector espacial”, en contraste con las actividades espaciales controladas por otros actores activos en el espacio, como Rusia y China.

Las razones que empujan a estos tres multimillonarios a invertir en el espacio son diferentes. Por ejemplo, Branson, nacido en 1950 y considerado como un genio del marketing, es propietario de más de 400 empresas que operan en una amplia variedad de campos dentro de la empresa matriz Virgin Group.

Entró en el sector porque consideraba prestigioso ser la primera persona en este campo en su país. En 2004, fundó una compañía de vuelos espaciales llamada Virgin Galactic en California con el fin de organizar viajes espaciales destinados a mostrar a la gente el espacio. Invitado por el exlíder de la Unión Soviética, Mikael Gorbachov, y pagando cierta cantidad de dinero, Branson completó un curso de aviación espacial civil en Rusia durante dos años. Posteriormente adquirió la licencia de la nave espacial suborbital SpaceShipOne, destinada a transportar a gente a los futuros hoteles que se planean construir sobre la Luna y financiada por Paul Allen, uno de los socios de Microsoft. Luego fundó la empresa Spaceship junto con Burt Rutan, el ingeniero que diseñó la SpaceShipOne, para fabricar más naves de este tipo.

El 11 de julio de 2021, Branson alcanzó el umbral del espacio luego de un viaje que duró una hora con tres tripulantes en la Virgin Galactic Unity 22, una nave espacial suborbital fabricada con tecnología de la SpaceShipTwo. De esta manera, Branson logró completar este éxito antes que su rival en el turismo espacial, Jeff Bezos, convirtiéndose en el primer multimillonario civil en llegar al borde del espacio. Bezos argumentó que la altura de 86 km a la que Branson ascendió no corresponde con el límite espacial aceptado. Sin embargo, la NASA, la Administración Federal de Aviación y el Pentágono afirmaron que el espacio comienza a partir de los 80 km de la superficie de la tierra.

Con este viaje, Branson demostró que es posible realizar un viaje espacial suborbital seguro por USD 200.000, y ahora se prepara para organizar actividades de transporte al espacio profundo.

Branson logró este éxito gracias a la influencia de su personalidad aventurera, la adquisición de las tecnologías necesarias y sin enfrentar ningún obstáculo gubernamental, gracias al intercambio de información tanto con Rusia como con Estados Unidos. Todo esto en un momento en el que Reino Unido busca volver a fortalecer su posición de liderazgo en el sistema global. Se sabe que el Gobierno de Reino Unido proporciona apoyo financiero a otras misiones espaciales de Branson, como aquellas que se centran en vuelos suborbitales.

Por el contrario, el éxito de los empresarios estadounidenses fue más difícil de conseguir debido al complejo militar industrial, controlado por la “burocracia espacial” de la NASA. La liberalización de la economía espacial no era posible en este sistema, donde el único cliente era el Estado y las empresas subsidiarias eran consideradas como aficionadas.

Empresas como Lockheed Martin, Boeing y Northrop Grumman, la cuales invirtieron mucho dinero en el sector espacial y fueron aprobadas como subcontratistas por El Pentágono, jugaron un papel importante. Tras el colapso de la Unión Soviética, los presupuestos de la NASA fueron limitados, así como los vuelos espaciales tripulados. El inicio de proyectos de exploración del espacio profundo por parte de China a partir de 2003 obligó a Estados Unidos a adoptar una estrategia diferente en esta nueva competencia espacial. La dependencia técnica en Rusia para el acceso al espacio también tuvo que reducirse. Así pues, la administración concedió permisos a los empresarios civiles para invertir en este campo y las actividades espaciales comerciales en Estados Unidos recibieron un impulso.

Elon Musk, inmigrante sudafricano nacido en 1971 y educado en física y economía, con Space Exploration Technologies (SpaceX), y Jeffrey Preston Bezos, ingeniero eléctrico e informático nacido en 1964, con Blue Origin, tomaron la iniciativa. Ambos empresarios pronosticaron que podrían obtener ganancias desarrollando nuevos productos en este campo y desarrollaron nuevas tecnologías espaciales para que los seres humanos puedan sobrevivir en el espacio con nuevos hábitats frente a la posibilidad de que la vida en la Tierra pudiera terminar como resultado del impacto de un meteoro, la extinción del sol, las erupciones volcánicas, un virus diseñado o el calentamiento global.

Ambos han hecho crecer el interés público en el espacio promoviendo proyectos que pueden desplazarse por encima de la órbita terrestre baja, primero a la Luna y luego a Marte, y que pueden permitir que las personas vivan en múltiples planetas.

Como multimillonario que eligió “morir en Marte”, Musk introdujo el proyecto de colonización Mars Oasis, que se basa en ciudades inteligentes, tecnológicas y robóticas asistidas por inteligencia artificial. Musk dijo que el proyecto será independiente del Estado en términos de orden y gestión. En este sentido, aseguró que podría pasar del estatus de emprendedor tecnológico al del “líder político” que gobierne Marte. Conocido por su oposición al orden de trabajo jerárquico y monopolístico en la industria espacial estadounidense, Musk trajo acceso barato, conveniente y seguro a la industria espacial gracias a sus cohetes reutilizables Falcon 1 y 9, que revolucionarían el acceso al espacio.

La nave espacial Dragon atracó con éxito en la Estación Espacial Internacional en 2012. De esta manera, SpaceX se convirtió en la primera empresa comercial en completar una misión de transporte de carga al espacio. En mayo de 2021, Musk lanzó e hizo aterrizar con éxito la nave espacial Starship, diseñada para viajar a Marte. Musk planea fabricar 100 unidades de este modelo y convertirse en la primera empresa privada en realizar un vuelo tripulado a la Luna y luego a Marte para la NASA en 2024.

Por su parte, Bezos optó por avanzar en sus proyectos en secreto después de fundar Blue Operations en Seattle en 2000. Su abuelo, Lawrence Preston Gise, trabajó para la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados (DARPA), establecida tras el lanzamiento del satélite artificial Sputnik de la Unión Soviética. Gracias a las conexiones de su abuelo y a su cercanía con al Ejército estadounidense, Bezos desarrolló una colaboración con Northrop Grunman, contratista del Pentágono, y con United Launch Alliance, un joint venture entre Boeing y Lockheed Martin.

Bezos plantea la idea de que la humanidad podría establecer una colonia en el espacio, según el plan que Gerard O’Neill propuso en su libro de 1976: High Frontiers. El plan consiste en construir una especie de hábitat en forma de disco duro giratorio en el punto L5 en la órbita de la Luna. Se trata de ciudades espaciales de unos 2.000 habitantes, similares al sistema de ciudades artificiales de la película Elysium.

El 20 de julio de 2021, en el 52 aniversario del aterrizaje del Apolo 11 en la Luna, Jeff Bezos, su hermano Mark Bezos, Oliver Daemen, un estudiante de física de 18 años, y la aviadora estadounidense Wally Funk, de 82 años de edad, llegaron al espacio luego de haber recorrido 106 km en 10 minutos. El principal objetivo de Bezos es atraer a quienes deseen ver el nuevo hábitat espacial que planea construir en la órbita y recaudar fondos para ello.

Como resultado, multimillonarios sin experiencia técnica en el espacio participan en programas espaciales tripulados que sirven a los intereses nacionales de sus respectivos países. El complejo militar industrial de Estados Unidos apoya la liberalización del espacio mientras permanezca bajo su control. Ha de saberse que cuando los proyectos de civilizaciones distópicos comienzan a materializarse, las nuevas uniones políticas conectadas al mundo o las colonias espaciales de un solo líder político poseerán el potencial de alterar la seguridad en el universo.

*Inci Sokmen Alaca es profesora en el Departamento de Inglés de Relaciones Internacionales de la Universidad Arel de Estambul, con estudios en seguridad internacional, defensa nacional, nuevas tecnologías, terrorismo y espacio.

*Traducido por Daniel Gallego.

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